sábado, 28 de septiembre de 2013

Clave electoral del estado: 25

Marisa Pineda

Escribo desde Sinaloa, desde Culiacán, su capital. Sinaloa se ubica al noroeste de México, colinda con Sonora, Chihuahua, Nayarit, Durango y el Oceano Pacífico. Es una de las 32 entidades federativas que conforman la República Mexicana. Se le considera el estado agrícola más importante del país. El miércoles 18 y jueves 19 de septiembre Sinaloa fue golpeado por el huracán “Manuel”, sin que hasta el momento de redactar éstas líneas (sábado 21 de septiembre) haya merecido NI UNA MENCIÓN POR PARTE DE LAS AUTORIDADES FEDERALES, PESE A QUE HAY 100 MIL DAMNIFICADOS. ¡NADA! Ni el consabido “he girado instrucciones blablabá”. “Vamos a destinar (anote la cantidad aquí) para apoyar a las familias... etcétera” “Nos solidarizamos con el pueblo sinaloense que blablablá” ¡Nada! Ni siquiera un “sana, sana, colita de rana, si no sana ahora sanará mañana”.

El martes 17 de septiembre, en Culiacán, mientras se instalaban centros de acopio para organizar la ayuda que el pueblo sinaloense enviaría a los damnificados por el paso del huracán “Manuel” en el sur del país, la entonces depresión “Manuel” mantenía en alerta a Baja California Sur y a Sinaloa por posibles efectos. El miércoles 18, el fenómeno recobró fuerza, se convirtió en huracán, recurvó y se dirigió a Sinaloa, estacionándose sobre el puerto de Altata, en el municipio de Navolato, al centro del estado.




La mañana del jueves 19 de septiembre el huracán “Manuel” tocó tierra entre los municipios de Navolato y Angostura y enfiló rumbo a la sierra, desplazándose muy lentaemente, a cuatro kilómetros por hora, como tormenta tropical. Ese día Culiacán era una ciudad fantasma. Con todo y lo atrabancados que somos hicimos caso, nos quedamos en casa y sólo salió a la calle quien tuvo alguna emergencia. La lluvia menguaba por momentos y regresaba con mayor fuerza. Al mediodía se sabía que los municipios de Culiacán, Navolato y Angostura la estaban pasando muy mal. A la ciudad de Culiacán la cruzan los ríos Humaya y Tamazula, que al unirse forman el río Culiacán, los tres se desbordaron, igual que drenes y arroyos. Los cuerpos de auxilio no se daban a basto. Los Bomberos pidieron ayuda: lanchas, camionetas todo terreno, camiones de volteo, todo aquello que sirviera para sacar a la gente atrapada en los techos de sus casas. Fraccionamientos de interés social y residenciales exclusivos quedaban sumergidos.

Clubes de vehículos 4 por 4, “jeeperos”, propietarios de góndolas y de camiones urbanos rescataron y trasladaron a los damnificados a los albergues. La emergencia sacó a flote que en Culiacán somos más la gente de bien. La noche del jueves el saldo era: 3 personas muertas y 100 mil damnificados en los municipios de Culiacán, Navolato, Angostura, Guasave, Elota... y sumando.

El viernes salió el sol y miles de culichis, en su mayoría jóvenes, acudieron al pie de “La Lomita”, (como popularmente se conoce el Templo de Nuestra Señora de Guadalup, uno de los puntos de referencia en la ciudad). Estaban listos para ir a limpiar casas, para apoyar en albergues y en centros de acopio. Como ellos, otros pusieron sus vehículos a disposición para trasladar la ayuda. Otros ofrecen sus servicios notariales gratuitamente (muy útil a la hora de reclamar seguros). Otros, también en forma gratuita, están reparando aparatos electrodomésticos en los hogares afectados. Restauranteros han prestado sus cocinas para preparar comida caliente para los albergues. Cientos de voluntarios rescataron animales en el inundado zoológico y ahora lo limpian. Los titiriteros están dando funciones en los albergues, para que los niños mitiguen el mal momento.Miles de héroes anónimos se solidarizan con su esfuerzo y en especie. El gobierno local se ha aplicado a atender la emergencia y a recibir de viva voz los reclamos de quienes perdieron todo.

Es sábado, aumenta el número de voluntarios, el de damnificados y el de daños también. Hay nubarrones que anticipan más lluvias. Sinaloa está saliendo a flote solo, como otras veces. Como el año 2005, cuando lo azotó la tormenta tropical Paul. México tenía entonces tres Presidentes: el Constitucional, el Electo y otro que se decía “Lej-jítimo”, ni uno de ellos vino, ni uno de los tres volteó siquiera a ver la grave situación en la que había quedado Sinaloa.

Las catástrofes naturales develan la corrupción. Lo ocurrido en la capital sinaloense pone al descubierto que el atlas de riesgo se suma a tanta letra muerta. Sí, Sinaloa no es Guerrero. Aquí se estima que la reparación de la infraestructura dañada costará mil 200 millones de pesos, y en Guerrero 5 mil millones, pero aquí 100 mil damnificados esperan cuando menos que el Gobierno Federal sepa que existen. Sinaloa es un estado ubicado al noroeste del país, es parte de la República Mexicana y también del padrón electoral.


Muchas gracias por leer éstas líneas y con ello hacer que esto valga la pena. Comentarios, invitaciones, sugerencias, mentadas y hasta felicitaciones por favor en adosdetres@hotmail.com En Twitter en @MarisaPineda. Si tiene oportunidad anímese a leer un libro, y mientras que tenga una semana de buen clima.