viernes, 26 de septiembre de 2008

Qué hacer antes, durante y después de un huracán

Marisa Pineda

Fin de semana de asueto, pinchena, con posibilidades de salir a departir y a celebrar a los héroes que nos dieron Patria. La mesa puesta para que A dos de tres se confirme como un espacio especializado en generalidades, intrascendencias y asuntos que a nadie le importan y allá va la de la letra a hablar de ¡qué hacer en caso de ciclón! Por allá se escucha a un lector exclamar “Pero qué se piensa la de la letra, si sigue así me va a perder”. Esta su amiga se mortifica, ese lector representa algo así como el 25 por ciento de todos los seguidores de A dos de tres.

El término huracán, como llamamos por acá a los ciclones tropicales, proviene de Hurri-kan, dios de las tormentas para los indios mayas y caribeños. Por allá en que finales del siglo XIX, los nombres de los ciclones se daban en base al santoral del día que resultaban más destructivos. Para mediados del siglo XX se empezaron a emplear sólo nombres de mujer. A partir de 1979 la equidad de género llegó y comenzaron a usarse también nombres de hombre. La Organización Mundial Meteorológica elabora cada seis años el listado con los apelativos que asigna a los fenómenos, y lo envía a los centros meteorológicos. El propósito de nombrar los ciclones es identificarlos para facilitar su seguimiento e información a la población. Cuando un huracán es sumamente destructivo ya no vuelve a emplearse ese nombre, como es el caso de Katrina.

Los comunes solemos llamarle ciclón a todo, pero los que saben explican que antes de que un ciclón sea tal tiene que pasar por varias etapas que dependen de la velocidad de sus vientos y nubosidad: perturbación tropical, depresión tropical, tormenta tropical (aquí se le asigna nombre) y finalmente huracán, ya con vientos sostenidos superiores a los 119 kilómetros, nubes que cubren un área de 500 a 900 kilómetros de diámetro, y un centro, comúnmente conocido como ojo, con diámetro de 24 a 40 kilómetros y a veces hasta de 100.  Entre los huracanes  hay niveles: cinco. En el primero los vientos van de los 118 a los 151 kilómetros por hora, en el quinto superan los 250.

Ahora bien, cuando las autoridades le pidan estar atento porque hay un ciclón rondando, por favorcito no salga conque “así dicen, pero no llegan”. Quién sabe por qué causas cuando se menciona que hay un ciclón lejos, lejos, y no representa peligro, en cuanto uno divisa el primer nublado exclama “es que anda un ciclón”. ¡Ah! Pero no le adviertan que en verdad viene uno porque la respuesta es “así dicen pero no llegan”.

Los ciclones no tienen palabra de honor, pero de cuando en cuando les da por ser cumplidos. Por eso, si vive en una parte que se inunda considere que lo más probable es que tenga que dejar su casa. Tenga listos los papeles de importancia y ropa, para salir hecho la raya cuando se lo indiquen. Si tiene algún pariente o amigo que le de asilo, ¡caígale!, si no lléguele a los albergues que se acondicionan. Si tiene animales lléveselos, no vaya a cometer la salvajada de dejar amarrado al perro. Si cuenta con vehículo llévese herramientas de trabajo y muebles básicos.

Si su casa está a salvo de inundaciones, en buenas condiciones y decidió  permanecer ahí, cierre puertas y ventanas. Prepare radio de baterías para estar atento a la evolución del ciclón. Tenga lista agua purificada y potable en envases cerrados, comida enlatada, linterna de pilas y suficientes baterías. Es bien común que a la mera hora uno salga con que el radio y la linterna no encienden, y al quitar la tapa encuentre las pilas oxidadas. En una bolsa de plástico coloque los documentos importantes, por lo que se pudiera ofrecer. Si cuenta con vehículo llene el tanque, acuérdese que luego de un ciclón se va la energía eléctrica, las bombas no jalan y no hay combustible.

Refuerce los vidrios con cinta adhesiva pegada de esquina a esquina y de lado a lado, como formando una estrella. Si le faltan vidrios a sus ventanas, no se espere a que empiece a soplar el viento para salir a comprarlos. Hace dos años, cuando el huracán “Lane”, eran las 11 de la mañana y había cola en la cristalera, la entrada del ciclón a Culiacán se estimaba entre las 12 y la una de la tarde. De las filas en el supermercado mejor ni hablamos. Por cierto, no haga caso a rumores; que si el ciclón viene por tal lado, que por tal otro, que me dijo mi comadre que siempre no va a pegar. No es momento para chismes, mejor manténgase atento a la información e indicaciones de las autoridades de Protección Civil. Los tanques de gas ciérrelos y asegúrelos. Si hay enfermos en casa o en edad avanzada prevea su transporte por si es necesario.

Cuando empiece a sentirse el ciclón mantenga la calma, es verdad que da cus cus pero en vez que le agarre la histeria, mejor aplíquese a desconectar los aparatos eléctricos. Como se va a ir la luz no prenda velas, use linternas de baterías. Aléjese de puertas y ventanas; ver volar tapas de tinaco, ramas de árboles y letreros puede resultar muy peligroso. Si el aire le rompe alguna ventana o puerta no se acerque caminando de frente, hágalo de ladito.

Muy, muy importante: no salga a la calle hasta que las autoridades le digan que ya pasó el peligro. Habrá un momento en que el viento y la lluvia cesarán, se sentirá una calma chicha, ese es el ojo del huracán. Cuando los ciclones entran en la noche hasta se pueden ver las estrellas, eso llevaría a pensar que ya pasó todo, pero ¡nada! De pronto regresará el viento, soplando en sentido contrario con más fuerza.

Cuando le digan que ya puede salir a hacer el recuento de los daños aguante la curiosidad, no organice tours para ver cuan jodida quedó la ciudad. Tome en cuenta que puede haber gente a la que no le fue tan bien como a Usted y necesitan las calles libres para que llegue la ayuda. Mejor dedique ese tiempo a verificar las condiciones de los alimentos refrigerados (hay que darles salida antes de que se echen a perder). Cuide el agua porque puede que tarde en recuperarse el servicio. No entre en pánico porque no viene pronto la luz. Tras el huracán “Lane” muchas familias culichis cayeron en crisis, porque hubo sectores donde la energía tardó más de 24 horas en restablecerse. La falta de televisión e internet evidenció el deterioro en la comunicación familiar porque “no había que hacer”. En esas horas hubo quienes descubrieron (o redescubrieron) el gusto de la conversación en vivo, y la diversión de juegos como la lotería, las serpientes y escaleras, el dominó y hasta el gato, que no requieren electricidad ni baterías para funcionar. Otros, de plano, se amargaron de a feo y adquirieron traumas cuyas secuelas se aprecian hoy en día, de sólo imaginar un día sin tele o internet.

Por último, luego de verificar que el viento le hizo los mandados, no vaya a decir “ni pasó casi nada” como si fuera reclamo porque la película que vio no le gustó. Tras el azote de “Lane” hubo quienes casi casi exigían el reembolso de lo que gastaron en reponer los vidrios “porque ni entró el ciclón”, cuando a diez kilómetros de la ciudad la devastación era grave. Aún hoy la carretera costera de Culiacán a Mazatlán tiene puentes que registran ese amargo recuerdo. Entonces, por favor, considere que la ciudad es un poquito más allá que las paredes de su casa y si le solicitan ayuda para los damnificados, no salga con “cuales, si ni se sintió” y póngase guapo.

Si de algo le sirve, puede recortar esta columna y tenerla a la mano. Si no la necesita (esperemos así sea) ya en noviembre que cambie el clima le puede servir para encender el boiler. Como ve, A dos de tres no tiene desperdicio.

Muchas gracias por leer estas líneas y con ello hacer que esto valga la pena. Ya sabe, comentarios, sugerencias, mentadas, invitaciones y hasta felicitaciones por favor en adosdetres@hotmail.com Que tenga una semana en que los buenos momentos sean como lluvia copiosa.

viernes, 12 de septiembre de 2008

La Niña Blanca y el I.V.M. Li Ping Li

Marisa Pineda

Como mera coincidencia, tras las marchas en demanda de seguridad y justicia, la última semana ha sido de decomisos y aprehensiones. De ello, a la de la letra le llamó la atención que, en algunas de las notas que dan cuenta de esos hechos, de nuevo salió a la luz, como mero dato de color, el culto a la Santa Muerte. Suficiente para que el Departamento de Investigaciones de A dos de tres se pusiera a hurgar sobre el tema, aplicando la premisa “el saber no ocupa lugar”.

Luego de indagar por aquí y por allá, los sabuesos encontraron que el culto a la Santa Muerte fue tema para la película de igual nombre, estrenada en septiembre del 2007 en todo México. La Niña Blanca, como también se le llama, tiene su corrido, en cuyas estrofas dice: “… hoy le canto a la patrona, a la Santísima Muerte. Mafiosos y de la ley se la empiezan a tatuar, políticos y altos jefes hasta le tienen su altar, yo le prendo sus velitas, no es un delito rezar. A la Santísima Muerte muchos la usan para mal, es bueno que se defiendan, pero no hay que abusar, la muerte es muy negativa contigo puede empezar”. La canción la han grabado grupos, como Los Originales de San Juan y Los Creadores del Pasito Duranguense. En el sitio de ventas por internet para comprar y vender de todo hallaron libros, dijes, adornos para acuarios y amuletos para perder peso con la imagen o figura de la Santa Muerte.

El Seminario Diocesano de Celaya, Guanajuato, realizó una profunda investigación sobre el culto. En sus resultados establece que el 7 de septiembre del 2001 se fundó la primera capilla a la Santa Muerte, en la calle Alfarería número 12, en la colonia Morelos, en el Distrito Federal. El culto fue heredado por una familia que lo empezó a practicar desde 1962. En esa misma colonia, se encuentra la parroquia de la Misericordia, dedicada a la Santa Muerte y perteneciente a la “Iglesia Católica Tradicional México-Estados Unidos, Misioneros del Sagrado Corazón y San Felipe de Jesús. Grupo tradicionalista, que no está en comunión con la Iglesia Católica ni con la Santa Sede, como podría desprenderse del nombre que ostenta. Tampoco son una congregación religiosa católica, como parece sugerir el nombre. Sus ministros de culto no son sacerdotes católicos, y el arzobispo David Romo Guillén (líder del grupo) no es reconocido por la autoridad papal. Hasta este momento ignoramos si son válidas sus ordenaciones sacerdotal y episcopal y quién las realizó”. Fin de la cita tomada de los resultados del estudio hecho por el Seminario Diocesano de Celaya.

Para la iglesia católica, mayoritaria en nuestro país, el culto a la Santa Muerte tiene una explicación bien simple: gente al margen de la ley pide la protección de fuerzas contrarias a Jesús, porque este no avala sus actos ilícitos. Así de elemental.

Eso en cuanto a la parte religiosa. Por lo que toca al aspecto legal, resulta que en el 2005 la Secretaría de Gobernación canceló el registro de la Iglesia Católica Tradicional México-Estados Unidos por violar la Ley de Asociaciones Religiosas y Culto Público, "por desviar gravemente los fines establecidos en sus estatutos, los cuales señalan que el objeto de la citada asociación es conservar la liturgia de la Santa Misa Tridentina", según el comunicado de Gobernación.

Con permiso o sin él el culto sigue y para los que no tienen un templo cerca, pero si un aparato con internet, existe una capilla virtual donde encuentra tanto la oración como una sección para exvotos virtuales.

Desde el punto de vista de las ciencia sociales, el Departamento de Investigaciones de A dos de tres dio con el libro “La Santa Muerte, protectora de los hombres”, de Katia Perdigón Castañeda, publicado este año por el Instituto Nacional de Antropología e Historia, el cual reúne diez años de investigaciones en diversos estados del país.

Perdigón explica que “el culto tal como lo conocemos actualmente es del siglo XX, no existen referencias documentales más allá de 1950”. Refiere que en la película de 1976, El miedo no anda en burro, que protagoniza la India María (María Elena Velasco), “destaca una escena en la que entona una canción frente a una imagen de la Santa Muerte.”

La antropóloga localizó cuatro reportes del siglo XVIII sobre la religiosidad popular que rinde culto a la muerte. Sobre el origen de la santidad explica: “el concepto de la buena muerte, en el Virreinato, era esencial para los devotos e implicaba la preparación y sujeción a los siete sacramentos, a lo largo de la vida. Posiblemente una tergiversación de la palabra, en cuanto a su connotación, derivó en el anuncio de la santa muerte”.

Cuando era niña, la de la letra conoció una especie de folleto, con hojas amarillentas, hediondas a naftalina, que denotaban sus varios ayeres. La portada era negra; en ella, impreso en algo que alguna vez fue plateado o cuando menos gris, se apreciaba una imagen a la cual no se le veía el rosto pero por su guadaña se deducía que era la Muerte. En caligrafía garigoleada se leía “Novena a la Santísima Muerte”.

Muchos años después, vagando por el barrio chino en la Ciudad de México, la de la letra en pleno ejercicio de su despiste exclamó: mira, que rara tienda de novias que pone sus maniquís en la banqueta. “¡Si serás!, es la Santa Muerte” replicó el guía. Así, dimos con el templo del “insigne y venerable maestro Li Ping Li, quien todo lo sabe y todo lo ve” (textual el anuncio). El templo se ubicaba en medio de dos sex-shops.

En el arroyo de la calle, pegado a la banqueta, estaba una mesa y sobre ella la figura de la Santa Muerte del tamaño de una persona promedio. La mesa se cubría con un paño de raso rojo. Había ofrendas y muchas flores de papel en diversos colores. A la distancia, lo que llamaba la atención era el larguísimo velo de novia que se extendía por lo alto, sobre el ancho de la banqueta, hasta terminar en el negocio del insigne maestro.

A la entrada del establecimiento un pedazo de cartón (que dejaba ver había sido contenedor de carteras de huevo) hacía las veces de mampara,  tapizada con recortes de periódicos y revistas de espectáculos, que daban cuenta de las artes adivinatorias del maestro que leía todo; la mano, el café, las cartas (tarot, baraja española y hasta lotería), el té de todos sabores y también leía las nalgas. “Li Ping Li lee el futuro en las nalgas” (otra vez textual) decía la noticia del mundo de la farándula. El piso del lugar era de cemento sin pulir. Había una sola vitrina repleta de figuras de la Santa Muerte que convivían con budas, cuarzos, esencias y quien sabe cuanta chunche más.

El maestro era tan chino como una semilla de cacao. Sus ojos estaban rasgados a punta de delineador y a su barba natural le había puesto una extensión, recurso válido que perdía efecto por la descarada liguita verde con que la había amarrado. Su atuendo eran pantalones y filipina en un muy deslavado color negro.

Al principio de la sesión adivinatoria Li Ping Li hablaba como Joaquín Pardavé en El baisano Jalil, tono que fue cambiando hasta terminar como Armando Soto La Marina “El chicote” en El coyote emplumado. En cualquiera de sus acentos, Li Ping Li siempre remataba sus frases con la pregunta ¿oquei?.

Tras pagar los 200 pesos de la lectura de tarot (las otras lecturas no son para una), el maestro le dio a la de la letra una figurita de la Santa Muerte con un moñito rojo, indicándole que la trajera siempre consigo. La figura, del tamaño de una uña, se perdió al cambiar de bolsa.

Al tiempo, en un artículo sobre el culto aparecía alguien quien se hacía llamar Chuang-Li, discípulo del finado Li Ping Li. ¿Finado? Sí, el insigne y venerable maestro Li Ping Li, quien todo lo sabía y todo lo veía, estaba ya en los brazos de la Niña Blanca.

Al día de hoy, la de la letra sigue agradecida con Li Ping Li, por haberle regalado una amena tarde que cerró con dos recomendaciones que no pierden vigencia: “No se te olvide, hay ocasiones en que es mejor poner cara de  pendeja” y “recuerda, en esta vida todo tiene solución, menos la muerte. ¿Oquei?”. Oquei.

Muchas gracias por leer estas líneas y con ello hacer que esto valga la pena. Ya sabe, comentarios, sugerencias, invitaciones, mentadas y hasta felicitaciones por favor en adosdetres@hotmail.com. Que tenga una excelente semana llena de soluciones.

*Columna dedicada a la memoria del I.V.M. Li Ping Li.

viernes, 5 de septiembre de 2008

A dos de tres

Marisa Pineda

Querida Chayito:

Sirva la presente para decirte Bienvenida, felicitarte por la coronación de tu esfuerzo y expresarte mis más cordiales saludos, así como el agradecimiento infinito por la medalla de oro que nos trajiste de las olimpiadas de Beijing. No tienes idea de cuánto bien nos has hecho, de todo lo que tu triunfo nos significa en éstos momentos en que México está tan necesitado de buenas noticias.

Has de saber que desde una noche antes a tu combate en las olimpiadas no se habla de otra cosa, que de ti. En la tele vimos los reportajes que te hicieron. Se sentía bien bonito cuando decías decidida “van a saber dónde está La Brecha hasta en China” y más bonito se siente constatar que lo cumpliste.

Debo confesarte que no vi la pelea en directo, me ganó la angustia. Ya mañana me despertaré con la buena noticia, me dije. Te incluí en mis oraciones (Diosito, dale fuerzas, tranquilidad y claridad para que no pierda sus objetivos, mira que ante el mundo ella representa en este momento el otro rostro de Sinaloa, de México, no es fácil la responsabilidad que lleva a cuestas. A sus propios anhelos le hemos sumado conchudamente los de todos nosotros. Ilumínala Señor, por favor) y apagué la tele. No dormí bien.

Por la mañana, prendí la tele y los canijos programas de deportes no decían nada. Pasé y repasé todos y cada uno de los canales y nada. Merecido me lo tengo, dije, eso me saco por andar apagando el aparato, debí dejarlo prendido, total si me hubiera quedado dormida los gritos de los comentaristas me iban a despertar. Pero no, no lo hice y ahí me tenías busque y busque que había pasado contigo.

Y es que Chayito ¿has visto las Olimpiadas por la tele? Estás en el volibol de playa “y en este momento la mexicana hace un saque….” Allá va la pelota en el aire, la cámara la sigue y justo cuando va sobre la red, cambio de cancha. “Sí, ahora estamos en el levantamiento de pesas, en un momento más regresamos al volibol de playa” ¿Por qué hacen eso? Para cuando te regresan al voli de playa resulta que el México contra Brasil ya se acabó y ahora está Alaska contra Dinamarca.

Pues el caso es que ahí me tenías buscando que había pasado contigo, cuando di con un comercial en que te felicitaban y se referían a ti como María de Oro. Eso es todo, me dije, ganó, ganó la medalla de oro. ¡Ganó!, ¡Chayito ganó!. Hubieras visto, como en conjuro empezaron a salir más anuncios felicitándote y agradeciéndote el triunfo que diste a nuestro país. ¡Lo hiciste Chayito, lo lograste!.

Desde ese día nos hubieras visto, se nos iluminan los ojitos y se nos pone una sonrisa de buzón cuando nos referimos a ti. De por sí los culichis somos bien lurios, imagínate nomás como andábamos, como andamos. Por cierto, es hora que no logro entender, ¿por qué la Federación Mexicana te puso a competir en combates que según explicaron eran de trámite para “asegurar tu boleto a Beijing”? Si acababas de dar a México el campeonato mundial, si faltaban menos de dos meses para las olimpiadas, por qué te expusieron a lesiones en “peleas de trámite”. Sigo sin entender ese protocolo. En fin, no me hagas caso, es de esas cosas que ni explicándomelas con manzanitas les encuentro razón de ser.

Te decía, tu triunfo nos puso a todos una sonrisota. En ese pequeño mundo que es la oficina donde trabajo, el comentario general era tu triunfo, obvio, y la confesión de El Poeta de que lloró cuando ganaste. Curiosamente a nadie nos pareció exagerada su reacción. Ojalá y la mayoría de las lágrimas fueran de gusto. En eso estábamos, filosofando sobre las lágrimas de gusto y comentando tu triunfo, cuando nos dijeron, que había que guapear el lugar donde se te daría la bienvenida oficial a Sinaloa.

A lo mejor no lo sabes, pero detrás de muchos de los pendones que viste con tu imagen, está el trabajo de la Jessy. Toda una semana estuvo revisando fotos, eligiendo las mejores y diseñando los pendones que enchularían las calles que te darían la bienvenida. El mismo Poeta, la María, la Rosy, el Samuel, Gabriel y la propia Jessy aportaron las frases. El Poeta, quien es el más entendido en esos menesteres, era el que las revisaba y les daba el visto bueno “no, eso está muy simplón, otra”.

Quizás no lo sepas, pero durante toda una semana el Maestro Balcázar se dedicó al diseño y realización del escenario para tu bienvenida. Hubieras visto con que júbilo se aplicó a que estuvieran bien bonitos todos los lugares donde estuvieras o por donde pasaras, desde tu llegada al hangar de Gobierno, en Culiacán, hasta la plazuela de La Brecha, Guasave.

Ya que todo estuvo listo nos llegó la invitación oficial a acompañarte en el acto oficial de bienvenida. Con lo reteargüenderos que somos en la oficina tú crees que íbamos a necesitar invitación. Si lo que estábamos viendo era cómo nos íbamos a ir a La Brecha a festejar contigo. No importa que no nos conozcas, el estar durante toda una semana detrás de la hechura de tu bienvenida nos había hecho sentir cuates tuyos. Si a igualados no nos ganan. Finalmente, creo que el único que consiguió raite para La Brecha fue don Remberto Nataniel (un doñito que conoce a medio mundo y tiene parientes por todos lados).

Ahora, Chayito, lo que tengo es una preocupación. Tienes 21 años y ya ganaste absolutamente todo lo que podías ganar en tu deporte. El triunfo, como bien sabes, tiene muchos padres (pero el fracaso es huérfano) y el brillo del oro atraerá a muchos que querrán colgarse de tu medalla, que querrán estar a tu lado no más para la foto y para mordisquear un cachito de tu gloria (con la única diferencia de que a ti te ha costado y a ellos no). Es por eso que ahora el pendiente es porque Diosito te ilumine para que no desprendas los pies del suelo, como no sea para dar patadas; para que sepas elegir a tus amistades de entre todas las nuevas personas que llegarán a tu vida; para que no desoigas los consejos de la gente que te quiere y que le importas desde cuando no eras María de Oro sino nomás Chayito. Dios te guarde y te ilumine María del Rosario.

Cuídate mucho y gracias, muchas gracias, por habernos sacado lágrimas de gusto.

Un abrazo

La de la letra

Comentarios, sugerencias, invitaciones, mentadas y hasta felicitaciones por favor en adosdetres@hotmail.com. Muchas gracias por leer estas líneas y con ello hacer que esto valga la pena. Que tenga una semana llena de triunfos.