lunes, 30 de abril de 2012

Locos oficiales



Marisa Pineda

No pocos autores se han referido a Culiacán como un pueblo de locos gritones, aludiendo al talante del general de la población que se ostenta como cuerda. No pocos autores se han referido también a Lupita “La novia”, al Rara, La Monalisa, el Chacho y la Chacha y El Chalán, célebres orates que han contribuido a condimentar la historia local.

De ellos, de nuestros locos oficiales así como de muchos sitios destruidos a nombre del progreso y la modernidad se habla en El viejo Culiacán,  un grupo en Facebook en el cual se comparten fotografías, anécdotas e historias de episodios, lugares y personajes de ese Culiacán que se nos fue de las manos.

En ese grupo hay fotos de personajes como la inolvidable Lupita “La novia” de Culiacán, quien con su velo de novia y sus lentes inmensos deambulaba de Catedral a los comercios del centro de la ciudad y de ahí al Hospital del Carmen, en donde pasó los últimos años de su vida. 

El imaginario popular decía que Lupita enloqueció cuando le mataron al novio en pleno atrio, al salir de la celebrar la misa de su boda. La realidad era bien distinta. Lupita, oriunda del norteño municipio de El Fuerte, se casó, tuvo hijos, y presuntamente enloqueció cuando por desastres naturales su familia perdió el patrimonio. En su delirio decía que tenía que ir a Roma a ver al Papa para hablarle del tesoro de la Divina Gracia. Buscando hablar con el Obispo para transmitirle su mensaje y encomienda vino a dar a Culiacán, ciudad que la acogió y la nombró su Novia, negándose a aceptar que el atuendo de Lupita, dicho por ella misma, no era de novia sino de Misionera del Tesoro de la Divina Gracia. Como la historia de la novia viuda es más romántica, no somos pocos los que preferimos quedarnos con ella e ignorar la realidad.

Cuentan las historias que El Rara fue un orate que transitaba por las calles del viejo Culiacán conduciendo su automóvil. Los agentes de tránsito lo contemplaban marcando altos y direccionales para evitar ser infraccionado al manejar el auto que sólo existía en su mente,  y en la de todos aquellos que le aceptaban un raite, tomándolo por la cintura para recorrer las calles en el inusual vehículo.

En la década de los 80 apareció en Culiacán la Monalisa, apodada así por su rostro agraciado. Sus finas facciones y ojos color violeta captaban la atención por donde pasara. Ajena a su belleza, deambulaba sumida en un mutismo sin reparar en nadie. Un día desapareció, trascendió que alguien verdaderamente dañado la había violado. La indignación fue general. La Monalisa no volvió a ser vista en las calles; alguien dijo haberla visto embarazada, otros aseguraban que había muerto. Envuelta en el misterio desapareció, quedando en el recuerdo como la loca más hermosa que haya tenido Culiacán.

En esa misma década, la ciudad fue escenario del loco amor del Chacho y la Chacha. Sin saberse de dónde llegaron, ni quien les puso esos apodos, era estampa común ver al par de chiflados tomados de la mano,  ya demostrándose plenamente su amor en los más céntricos cruceros, ya peleándose, ya reconciliándose apasionadamente. Un día desaparecieron. En los mercados se comentó que la Chacha había parido a un niño que había quedado a resguardo de la asistencia social. El Chacho y La Chacha no volvieron a ser vistos ni juntos ni separados. Su historia de amor quedó para recordar que el amor es cosa de locos.

El viejo Culiacán rescata la anécdota más destacada de “El chalán”, orate que tenía su territorio por rumbos de “El mercadito”, quien sin hacer ascos se comió un sapo vivo, para sorpresa de todos los que siguen sin poder borrar de su mente la escena.

Muchas gracias por leer éstas líneas y con ello hacer que esto valga la pena. Ya sabe, comentarios, sugerencias, invitaciones, mentadas y hasta felicitaciones en adosdetres@hotmail.com En Twitter le da seguir a @MarisaPineda y listo, no vamos a componer el mundo pero nos vamos a divertir intentándolo.

Que tenga una semana de locura.

(PD: Don Autoridad ¿Cuántos inocentes cayeron esta semana a manos de la delincuencia organizada? ¿Hubo ya justicia para alguno de ellos? más allá de la Justicia Divina. Si apuesta a que el olvido termine de sepultarlos, se equivoca: no se nos olvida.)

El viejo Culiacán



Marisa Pineda

¿Le tocó saborear los raspados de La Parroquia? ¿Alguna vez divisó a “El tacuarinero”? ¿Conoció a Lupita “La novia” de Culiacán? ¿Se tiró clavados en el río desde la “peña gorda”? ¿Tuvo el privilegio de saber lo que era vivir con las puertas y ventanas abiertas sin temor a que se metieran extraños a su casa? Tampoco a mí me tocó todo eso, pero ahora conocer a ese Culiacán está a un click de distancia en “El viejo Culiacán”,  un grupo en Facebook en el cual se comparten fotografías, anécdotas e historias de episodios, lugares y personajes de ese Culiacán que se nos fue de las manos.

Había una vez un Culiacán tranquilo hasta la modorra; con días que transcurrían entre trabajo y esparcimientos como jugar beisbol, fútbol, saborear un raspado, refrescarse con una cerveza, jugar lotería, dominó o cubilete, o bien cultivar el arte de la plática o del más descarado chismorreo en una banca de la plazuela.

Era un Culiacán en que por las tardes era estampa común que los plebes salieran a barrer las banquetas y dejarlas listas para que la familia sacara sus poltronas y compartiera con los vecinos vida, obra y milagros de los clanes de enfrente o de aceras aledañas. Un Culiacán en que ir al aeropuerto a ver aterrizar y despegar aviones era un espectáculo equiparable a una función de lucha libre, de box o de cine.

Era una ciudad en cuyos veranos se podía mitigar el calor durmiendo con las puertas y ventanas abiertas. En que los abuelos de entonces lamentaban la desaparición de espacios como el Teatro Apolo, el Casino de Culiacán, el centro social El Danubio Azul y otros tantos que la labor de cronistas e historiadores han permitido conocer por el rescate de fotografías y documentos que han dado vida a numerosos libros, la mayoría ediciones casi de autor sumamente difíciles de conseguir.

Sin embargo, no hace mucho, alguien (no sé quién, por eso no escribo su nombre) aprovechó el poder de las redes sociales para abrir en Facebook un grupo al cual llamó “El viejo Culiacán”. “La idea –expuso- es que se publiquen anécdotas, mitos, leyendas, fotografías e historias del Culiacán de todos los tiempos.”, señala en la información del grupo.

La iniciativa tuvo respuesta inmediata. En menos de que le den las tres palmadas a la lona  El viejo Culiacán suma 217 integrantes y contando. En ese espacio virtual, ameno y útil hasta para hacer tareas, encuentra fotografías, planos, portadas de libros ya incunables, postales, crónicas y relatos tanto cómicos como dramáticos.

Ahí vera fotografías del Ford de Villa y relatos que enriquecen tal imagen. Si no lo conoció sabrá así que Villa fue un taxista que manejaba un Ford antiquísimo y a quien bastaba con gritarle “ya quémalo Villa” para que se pusiera iracundo. La concesionaria Ford en incontables ocasiones quiso comprarle el auto, pero Villa jamás se deshizo de él.

En este pueblo de locos gritones, como han llamado a la ciudad tantos autores, los locos tienen también su espacio en el grupo. Hay fotos de personajes como la inolvidable Lupita “La novia” de Culiacán, quien con su velo de novia y sus lentes inmensos deambulaba de Catedral al mercado grande (como se le conocía popularmente al Garmendia) y de ahí al Hospital del Carmen, en donde pasó los últimos años de su vida.  Hay también anécdotas como la de “El chalán”, orate que tenía su territorio por rumbos de “El mercadito” (oficialmente llamado Rafael Buelna) quien sin ningún reparo se comió un sapo vivo.

El que busca encuentra, y si busca en Facebook a El viejo Culiacán encontrará material sobre el deporte, la música, el arte, la gastronomía, la historia, en suma, gracias a quienes se han dado a la tarea de escombrar en los álbumes y en la memoria familiar para colaborar con imágenes y relatos que de no ser por ese buen gesto sería por demás difícil conocer.  Ahora que tanto se habla de rescate, recuperación, reconstrucción del tejido social, valores y tantos términos para referirnos a la tranquilidad que perdimos, vale la pena darle click a El viejo Culiacán.

Muchas gracias por leer éstas líneas y con ello hacer que esto valga la pena. Ya sabe, comentarios, sugerencias, invitaciones, mentadas y hasta felicitaciones en adosdetres@hotmail.com En Twitter le da seguir a @MarisaPineda y listo, no vamos a componer el mundo pero nos vamos a divertir intentándolo. Que tenga una semana que haga historia.

(PD: Don Autoridad ¿Cuántos inocentes cayeron esta semana a manos de la delincuencia organizada? ¿Hubo ya justicia para alguno de ellos? más allá de la Justicia Divina. Si apuesta a que el olvido termine de sepultarlos, se equivoca: no se nos olvida.)

lunes, 23 de abril de 2012

El circo es cosa seria



Marisa Pineda

Los primeros cinco niños que lleguen hasta el centro de la pista se ganarán el derecho a pasearse en el elefante, y allá va el plebero corriendo para ser de los primeros. Y el primer niño que llegue al centro de la pista y me diga las vocales al revés ganará una foto con el tigre de Bengala, y allá está la chamacada haciendo reír al respetable en pos de la ansiada foto. Es la magia del circo, el lugar donde vive la perfección, donde las equivocaciones cuestan la vida, quedar inválido o reducido a botana para las fieras.

Hará días, un joven político hizo unas declaraciones desafortunadas tras las cuales se desató un zafarrancho verbal. Una chamaca, maestra de ceremonias,  líder o algo así elevaba lo más que podía su delgada voz llamando a “no convertir esto en un circo”. Cuando la escuchamos, los de A dos de tres pusimos  el grito en el Facebook. ¡El circo es cosa seria! Más respeto. Por favor no confunda.

La visita a los circos durante la niñez marcó para siempre la vida de esta su amiga. Por muchos años podría decirse que más que disfrutar padecí cada función, pero con el tiempo entendí la situación de privilegio que había vivido. Le platico.

Gracias a su trabajo, Progenitora fue -es- amiga de representantes y artistas de los circos que pasaban por el Culiacán de hace ya algunas décadas (no digo cuantas porque me deshereda). No había temporada que no llegara exclamando jubilosa ¡Alístense porque vamos a ir al circo! A partir de ahí,  se me hacía un nudo en el estómago que no se desbarataba hasta pasada la función.

Estoy hablando del Culiacán en que los circos anunciaban su llegada con un desfile por las principales calles; en el cual uno veía pasar las jaulas con las fieras amaestradas, el mago en la caja de una camioneta haciendo sus suertes, las bellas equilibristas con sus leotardos con lentejuelas y plumas saludando desde el toldo de un vehículo, y los payasos repartiendo boletos entre los mirones. Un Culiacán en que la plebada seguía al avión que hacía acrobacias y desde el cual se lanzaban cortesías para la función.

Como no hay fecha que no se llegue ni plazo que no se cumpla, llegaba el día de lucir las mejores galas y agarrar camino al circo. Desde que llegábamos y saludaban a Progenitora yo empezaba a sudar frío. “Qué bueno que vino, mira que grande está ya su niña. Esta vez vamos a premiar a cinco niños con un paseo en elefante, ¿te vas a subir?” preguntaba el anfitrión en algo que más que pregunta era afirmación.

Nadie, jamás, preguntó si me gustaba subirme al elefante. Todos daban por hecho que era feliz de dar vuelta a la pista trepada en el paquidermo. Como si fuera tan fácil subirse al animalote. Tampoco preguntaron si quería participar con el lanzador de cuchillos y flechas. Ahí estaba esta su amiga emulando a Guillermo Tell, sosteniendo un pedazo de periódico. Cuentan que era toda una hoja de periódico y que por la distancia a la cual se colocaba no representaba peligro,  pero en aquel momento la “valiente niña participante” veía el papel del tamaño de un confeti. El artista pedía “no te vayas a mover, si te asustas da un paso atrás”. ¿Cual moverme? si estaba petrificada.

Con los años atesoré participaciones con el lanzador de cuchillos; con el mago que partió y unió mi cuerpo metido en una caja; supe lo que es lanzarse del trapecio a la red protectora (lo que no supe fue cómo bajarme cuando dejé de rebotar, porque de la red al suelo está alto) y un considerable número de paseos en elefante y camello.

Con los años entendí, y ahora lo presumo, que fui privilegiada por haber sido parte efímera e involuntaria del elenco. Con el tiempo también supe de la tristeza porque algún artista murió al errar su número, o quedó inválido por tal falla o por el ataque de alguna de las fieras.  Con el tiempo aprendí a ver al circo como el espacio donde tiene lugar lo imposible para los humanos comunes, como el sitio donde están los verdaderos elegidos por los dioses.

Ahora, cuando las pláticas comunes llevan a encontrar a alguno de los valientes niños que vivieron esas experiencias, por haber sido de los primeros en llegar a la pista o por haber dicho las vocales al revés, coincidimos: el circo es otra cosa, otro mundo. Por favor, que no se confunda, el circo es cosa seria. Más respeto al circo.

Muchas gracias por leer éstas líneas y con ello hacer que esto valga la pena. Comentarios, sugerencias, invitaciones, experiencias circenses, mentadas y hasta felicitaciones en adosdetres@hotmail.com En Twitter nos encuentra en @MarisaPineda ahí componemos al mundo y si no nos divertimos intentándolo.

Que tenga una semana mágica.

(PD: Don Autoridad ¿Cuántos inocentes cayeron esta semana a manos de la delincuencia organizada. ¿Hubo ya justicia para alguno de ellos? más allá de la Justicia Divina. Si cree que el olvido terminará de sepultarlos, se equivoca: no se nos olvida.)

lunes, 16 de abril de 2012

El nuevo romanticismo


Marisa Pineda

En el reproductor del dvd del camión urbano se presenta un video musical. La calidad de la imagen es muy buena y el aparato está tan bien colocado que el brincoteo no altera ni tantito la pantalla. En el videoclip un cantante camina por la orilla de un arroyo, se sienta en una piedra a ver el agua pasar, en lo que entona sus cuitas. Canta sus recuerdos y justificaciones de porque es lo que es. Lleva terciado en la espalda un AK-47 y una metralleta al hombro, como para imprimir más sentimiento y volver más convincente la interpretación.

Como el clima cada día invita menos a agarrar camino a pie, ahí me tiene cómodamente sentada en un urbano limpio, oloroso a fresa, con vidrios con un polarizado discreto que evita que el sol ofenda al pasaje, y un aire acondicionado fabuloso. El plus de los siete pesos que cuesta el boleto es el dvd que el chofer colocó para el entretenimiento del pasaje.

En más de una ocasión me ha tocado viajar en camión urbano con televisión, pero con reproductor de dvd este fue mi debut. Antes de reparar en el aparato en cuestión, aprecié la ecléctica decoración del vehículo; monos de peluche en el tablero, flamas azules dibujadas en el techo de la cabina (ya ve que el color de la llama depende de la cantidad de oxígeno que hay en ella)  y en el respaldo del asiento del chofer una Virgen de Guadalupe pintada con la técnica de aerografía, tan bien hecha que quien la realizó debió firmarla.

En lo que uno rebotaba despreocupadamente en el asiento, el dvd presentaba a un grupo musical norteño entonando una sentida melodía que habla sobre los recuerdos de un barón de la droga. La imagen del vocalista del grupo, bien armado, chocaba con la… ¿melancolía? de lo que evocaba la canción. Cuando terminó ese videoclip siguió otro de un dj que hizo una mezcla de canciones del llamado “movimiento alterado”. El plebe aparece con un acordeón, frente a un tornamesa y ¡sorpresa! Cual si fuera moda, el también lleva un arma de alto poder terciada en la espalda. Descaradamente me quedé embobada en la imagen aquella del muchacho dándole al tornamesa, con el acordeón colgado al frente y una metralleta en la espalda, todo sin perder el ritmo.

En gustos se rompen géneros y la música es claro ejemplo de cuan cierto es ese dicho. En A dos de tres respetamos a los fieles seguidores del “movimiento alterado”, aunque seguimos sin entender cómo se puede bailar o ambientar una fiesta con una letra que dice  “te tengo presente y hoy quiero vengarme, prepara tus armas voy a destrozarte”.

No alcanzamos a imaginar una pista de baile repleta de gente levantando las manos coreando ¡Ea! ¡Ea! ¡Ea! Mientras se escucha “salieron carros blindados con rumbo desconocido por supuesto bien armados con cuernos y m-p-cinco, al rato hay encobijados a la orilla de un camino”.

En A dos de tres no somos partidarios de los corridos sobre el quehacer de la mafia, tampoco de los corridos blindados, o alterados, o enfermos como se les llama a los que presentan con lujo de detalles masacres o ejecuciones aterradoras; sin embargo, el ser audiencia cautiva nos hizo ponernos al tanto de los éxitos de los exponentes del género.

Y todo por siete pesos.

Muchas gracias por leer éstas líneas y con ello hacer que esto valga la pena. Comentarios, sugerencias, invitaciones, mentadas y hasta felicitaciones por favor en adosdetres@hotmail.com En Twitter estamos en @MarisaPineda. Ahí componemos el mundo.
Que tenga una semana como letra de canción, pero de las bonitas.

(PD: Don Autoridad, un año ya y no hay más justicia que la Divina. ¿Cuántos inocentes cayeron esta semana a manos de la delincuencia organizada? ¿Hubo ya justicia para alguno de ellos? 
Si espera que el olvido termine de sepultarlos, se equivoca: no se nos olvida.)





domingo, 1 de abril de 2012

A dos de tres, reloaded

A partir del 01 de abril del 2012 A dos de tres tiene en Culiacán nueva casa editorial. Este es el texto con el cual regresamos a la arena donde debutamos hace ya ..diez..veinte..veintici.. dejémoslo en hace ya algunas lunas,  donde obtuvimos los primeros títulos y una que otra cabellera Gracias.
 

Marisa Pineda

El Muchacrema, anunciador oficial de las funciones de lucha libre, toma el micrófono: Reespeetaablee púubliicoo, A dos de tres, su espacio consentido, regresa a la casa editorial que vio nacer en el mundo periodístico a La de la letra. En este momento, en que los recuerdos y las emociones se pelean el último boleto de la taquilla, la mejor palabra para este reencuentro es: Gracias.

Suena el silbato marcando el inicio de la primera caída. ¡Tuuuuuiiit!

Cuando El Muchacrema dijo La de la letra esta brincó emocionada: esa soy yo, la que firma estas líneas, conocida en el mundo como Marisa Pineda, y amparada bajo múltiples apodos; producto del aprecio, unos, y del desprecio, otros.

Si Usted busca información privilegiada sobre el acontecer político de Sinaloa y de México; sobre las tendencias de las encuestas; sobre quiénes integrarán el próximo gabinete del Gobierno Federal, ha llegado justo al lugar equivocado. Busque en otros rumbos porque aquí no la encontrará. Esos temas son harina de otro costal. Aquí nos especializamos en generalidades y asuntos que a nadie le importan. 

A dos de tres toma su nombre del deporte espectáculo que apasiona a La de la letra, por eso no le extrañe que de cuando en cuando nos gane la tripa y empecemos que si El Santo, El Cavernario, Blue Demon y El Bulldog. Y antes de que nos pregunte de qué bando somos, aclaro: somos rudos con corazón de técnicos.

Deje le cuento que A dos de tres tiene varios departamentos. Está el de Investigaciones, encargado de buscar datos que sustenten el tema a tratar. Porque una cosa es escribir sobre asuntos comunes que no harán que se cimbre el mundo, y otra cosa muy diferente es escribir mentiras. Por poner un ejemplo de lo que hacen, si alguna decimos aquí que la popular expresión “Nos salvamos por un pelo” tiene su origen en la Gran Bretaña del siglo XIX, cuando los marineros que caían al mar eran rescatados jalándolos de la larga y mugrosa greña que lucían por la ausencia de higiene en las largas travesías, es porque los del Departamento de Investigaciones de A dos de tres encontraron el dato. 

También hay un Departamento de Estadísticas, encargado de los números. Si algún día ve aquí que México es el segundo país productor de pornografía infantil, y que esta actividad genera ingresos estimados en 30 mil millones de dólares anuales en el mundo, es porque los de Estadísticas indagaron tales números en la Coalición Financiera Internacional contra la Pornografía Infantil, así como en la Unidad de Delitos Cibernéticos y Contra Menores de la Policía Federal Preventiva. Esto, por poner un ejemplo tanto de lo que hacen los del referido departamento, como de esos asuntos que pareciera que a nadie le importan.

La moda y los buenos modales están a cargo del Departamento de Vida y Estilo. Ellos son los sibaritas de A dos de tres, los del savoir-vivre. Son los que recomiendan que si esta Semana Santa vas a la playa o a una alberca a lucir lo que la naturaleza te dio, es indispensable pases primero a que te hagan una depilación del área del bikini (¡aaauuch!). Y recalcan: eso aplica tanto a cuerpos trabajados en gimnasio o en quirófano, como a celulitosas.

Los de Vida y Estilo son los que ponen el grito en el cielo cuando escuchan el lenguaje alfanumérico mediante el cual se comunica esa tribu conocida con el regionalismo de “buchón”. ¿Cómo andas, guey? Al cien, guey. ¿No ha ido p’arriba? Negativo. Fierro por la 300. Fierro, pariente. Diez-cuatro, pariente. Diez-cuatro.

A dos de tres tiene también corresponsales en importantes rutas de camiones como Campiña-Centro, Vegas-USE y recién acaba de incorporar la 10 de Abril. Cuenta con un centro informativo en el Mercado Garmendia y otro en El Mercadito.

Al final de A dos de tres verá un paréntesis dirigido a Don Autoridad. Ese paréntesis está por cumplir un año. Lo colocamos a partir del momento en que nos mataron a un entrañable amigo que ni la debía ni la temía, iba pasando por el lugar equivocado en el momento equivocado. Don Autoridad no ha esclarecido el crimen, como cínico consuelo dice que lo más seguro es que  los culpables hayan muerto ya en algún enfrentamiento con bandas rivales. Sabemos que a Don Autoridad el paréntesis de A dos de tres no le importa, en el supuesto de que supiera siquiera que existe, pero nosotros lo ponemos para recordarle que si espera que el olvido termine de sepultar a esos muertos, se equivoca: no se nos olvida.

Por ahora no nos resta más que darle las gracias por leer éstas líneas y con ello hacer que esto valga la pena. Comentarios, sugerencias, invitaciones, mentadas y hasta felicitaciones en adosdetres@hotmail.com En Twiter estamos en @MarisaPineda

Que tenga una semana que sea el inicio de un mejor futuro.

(PD: Don Autoridad, ¿Cuántos inocentes han caído esta semana a manos de la delincuencia organizada? ¿Hubo ya justicia para alguno de ellos? Más allá de la Justicia Divina. Nosotros ya casi cumplimos un año y nada. Si apuesta a que el olvido termine de sepultarlos, error: no se nos olvida.)