lunes, 25 de enero de 2010

A dos de tres

Marisa Pineda

¡Riiiiiiing!... ¡Riiiing!... ¡Riiiing!

- Ya voy, ya voy. (¡Ah! Porque cuando suena el teléfono y allá va uno corriendo a contestar, lo hace como si del otro lado de la línea el aparato fuera a decir “permítanos, la persona que le va a contestar se está tardando porque va saliendo del baño, trae los pies mojados y viene resbalándose a cada paso. En un momentito le contesta”).

¡Riiiing!

- Bueno.

Buen día. (Se escuchan varias voces y un constante biip, biip como en película de El Santo) Mi nombre es Saturnino Cantarrana Palafox, le estoy hablando de Quiensabequé Democrática, A.C. Somos una asociación civil que está realizando una encuesta en Sinaloa ¿Le gustaría participar? No le quitaré más de un minuto de su tiempo y no le solicitaré ningún dato personal. ¿Podría Usted contestarme unas breves preguntas? (Dicho todo eso de corridito. ¡Caramba! ¿Por dónde respira este muchacho?).

- (Ociosa que es una) Sí, claro.

¿Cuenta Usted con credencial de elector?

- Sí

¿Sabía Usted que Culiacán es la ciudad con más asesinatos?

- Falso. Ese reactivo está mal formulado.

Bueno, pero ¿sabía que es de las más inseguras del país?

-Así sí. Sí, lo sabía.

Señora, es lo mismo.

-No, joven. No es lo mismo atrás que en ancas. Continuemos, si no esta llamada no será de un minuto y Usted sacará una baja calificación por rebasar los tiempos promedio y no completar el número de encuestas que le encomendaron. Sigamos.

¿Considera Usted que el Gobierno está combatiendo la inseguridad?

-Gobierno de que nivel, joven.

El Gobierno señora (el joven con un tono de voz impaciente) del nivel que quiera.

- ¡Ah! Siií.

Cuál de las siguientes considera la mejor opción para gobernar Sinaloa. Y empieza el joven cual si estuviera cantando lotería.

- Me podría repetir la pregunta. Dispense, dijo tantos nombres que me perdí entre las opciones.

Y allá va el muchacho de nuevo: Aarón Irízar López, Jesús Vizcarra Calderón, Heriberto Félix Guerra, Mario López Valdez, Manuel Clouthier Carrillo, Melesio Cuen, Daniel Amador, Óscar Lara Aréchiga.

… ¡Ay! Ese. Sí, él sería una buena opción.

Y de ahí vienen tres preguntas más relacionadas con la publicación de una fotografía en un diario de circulación nacional, con la aparición de un desplegado en diario de circulación estatal y con que si la persona que firma el desplegado debería o no ser candidato.

De lunes a jueves, de la última semana, se recibieron cuatro llamadas así en casa de la de la letra. No son molestas como las de los bancos, ni atemorizantes como las de los extorsionadores telefónicos. Sin embargo, si bien al recibir la primera se siente especial, elegido, tomado en cuenta; para la cuarta se empieza a sentir cobayo.

En todos los casos dicen tratarse de encuestas bajo encargo de asociaciones civiles con nombres que, invariablemente, incluyen al final las palabras social o democracia. De lunes a jueves, la pregunta de seguridad se refería a Sinaloa. El viernes los encuestadores no llamaron, pero el sábado repusieron el tiempo perdido. Llamaron dos veces, dos. Con menos de diez segundos de diferencia entre el gracias, de una, y el buen día, de la otra

El sábado la pregunta de seguridad cambió. En vez de referirse a Sinaloa lo hicieron sobre Culiacán, y en vez de versar sobre la publicación de una fotografía se trataba de un desplegado aparecido el viernes.

Y, cual encuesta: ¿Fue por el desplegado que no llamaron el viernes? ¿En realidad son tantas asociaciones civiles como dicen? o ¿serán seis asociaciones civiles distintas y una sola verdadera? Si se copian los cuestionarios ¿Se copiarán también las respuestas? Si esto es en la víspera ¿cómo irá a estar el proceso electoral? Una vez pasadas las elecciones ¿Quién nos llamará?

Muchas gracias por leer éstas líneas y con ello hacer que esto valga la pena. Ya sabe: comentarios, sugerencias, invitaciones, mentadas y hasta felicitaciones por favor en adosdetres@hotmail.com

Que tenga una semana en que la dicha llame seguido. ¡Riiiing!

lunes, 18 de enero de 2010

A dos de tres

Marisa Pineda

Por favor, permítanos un paréntesis.

(En A dos de tres leímos alguna vez: une más el dolor que la esperanza. De esa frase nos acordamos con la situación de Haití, la isla caribeña que enfrenta hoy uno de los mayores desastres naturales de la historia. Antes del sismo del martes 12 de enero, Haití era el país más pobre de América, ahora ni pobre es. A casi una semana de la catástrofe surgen las voces refiriendo haber anticipado, hace dos años, este terremoto. Las mismas voces reconocen que poco o nada pudo haber hecho Haití para prevenir la catástrofe, con su pobreza histórica y un plazo mínimo en el cual sufrió la embestida de cuatro huracanes. No es necesario repetir aquí la angustia que retratan los noticieros, habla por sí sola. Lo que sí repetiremos es la frase que leímos alguna vez: une más el dolor que la esperanza. En la dirección www.presidencia.gob.mx están las formas como podemos ayudar a la gente de Haití. )

Fin del paréntesis. Gracias.

Pues que llegamos a los festejos por el Bicentenario de la Independencia de México y el Centenario de la Revolución Mexicana. En los más diversos rubros se organizan actividades para celebrar las efemérides. En A dos de tres no queremos quedarnos fuera del jolgorio, toda vez que los antecedentes de la lucha libre mexicana se relacionan con esas etapas de la vida nacional.

La lucha libre profesional mexicana tiene hora, fecha y lugar de inicio: las veinte horas con quince minutos del 21 de septiembre de 1933, en la Arena México (Ciudad de México, Distrito Federal).

La Arena México emergió de lo que fue la Arena Modelo, remodelada por don Salvador Lutterroth (hoy conocido como el padre de la lucha libre mexicana) y por don Francisco Ahumada.

En su edición del 21 de septiembre de 1933 el diario La Afición publicó: “Pues nada, amigos, que don Salvador Lutterroth y don Francisco Ahumada han transformado la Arena Modelo desde el nombre hasta sus cimientos. Ahora se llama Arena México. Se inicia una nueva empresa de lucha libre, deporte nuevo en México, pero que ya es conocido mundialmente, en Europa, como “pancracio” y en nuestra frontera norte como
“chatchicán”, aquí lo dejaremos con el nombre de Lucha Libre”, es más cómodo”. El texto, lo cita Luis Valero en su libro “100 años de lucha libre en México” (1978, Anaya editores).

Sin embargo, los antecedentes de “la lucha”, como se llama sintéticamente hoy en día a la lucha libre mexicana, van mucho más allá. En su ensayo “Ficción y realidad del héroe popular” (2001, Dirección General de Culturas Populares e Indígenas) Tiziana Bertaccini asienta: “El primer luchador mexicano fue Antonio Pérez de Prian, un joven “caballero” que en 1863, después de haber aprendido, de un francés, algunas técnicas de lucha olímpica, vagó presentando números acrobáticos y de fuerza en los circos y en las plazas de toros. Debutó combatiendo contra un adversario estadounidense y, al resultar vencedor, se dio a conocer como el Alcides mexicano; después de esto abandonó el país para irse a Europa. No obstante, fue el francés Michaud Planchet quien, en 1900, introdujo la lucha en México, presentando un encuentro en la plaza de toros, según la norma grecorromana, contra José Espino Barros”.

“En 1910, las primeras empresas de lucha libre efectuaron algunos encuentros en el teatro Principal para, después, desaparecer hasta 1930, cuando se realizó un torneo en la Arena Nacional entre participantes extranjeros”.

La desaparición de las primeras empresas de lucha libre coincide con el inicio de la Revolución Mexicana, su regreso concuerda con el cese de los constantes reacomodos económicos y sociales que dejó el conflicto armado.

En la década de los 30, la lucha libre tuvo su primera etapa de brillo; sin embargo, los luchadores estelares eran extranjeros. Había que promover el surgimiento de las figuras nacionales que les disputaran los sitios de honor en los carteles de un deporte con una afición creciente. Así, el 30 de octubre de 1933, en la Arena México, se inauguró la primera Escuela de Lucha Libre, dirigida por Gonzalo Avendaño. Los primeros alumnos se reclutaron en el gimnasio de la Facultad de Medicina, en la Escuela de Educación Física, en la Escuela Nacional de Maestros y en el Casino de la Policía.

Las crónicas de esa época señalan que a menos de un año de emerger como deporte, la lucha libre tenía ya tantos seguidores que hacían insuficiente los espacios en las arenas. En “100 años de lucha libre en México” Luis Valero reproduce: para la función del 30 de agosto de 1934, la Arena Nacional (ubicada sobre la calle de Iturbide, en la Ciudad de México, Distrito Federal) “era un hormiguero humano; se llenó a tal grado que parecía que iba a reventar. Ni un alfiler cabía cuando ambos gladiadores subieron al ring”.

Esos fueron los antecedentes y los inicios formales de un deporte en el cual México es actualmente la mayor potencia. Un deporte que ha dado al más grande héroe popular mexicano. Un deporte que es motivo de cada vez más, y más profundos, análisis y ensayos, por prácticamente todas las disciplinas sociales: la Lucha Libre.

Muchas gracias por leer éstas líneas y con ello hacer que esto valga la pena. Por favor, comentarios, sugerencias, invitaciones, mentadas y hasta felicitaciones en adosdetres@hotmail.com

Que tenga una semana que haga historia.

lunes, 11 de enero de 2010

A dos de tres

Marisa Pineda

Se ha preguntado alguna vez ¿por qué carajos la tos se presenta mayormente por la noche? Justo cuando ya está a punto de quedarse dormido.

Por allá en noviembre del año pasado esta su amiga sentía la garganta como con una bola de estambre. El no mejorar ni empeorar llevó a la aplicación de una drástica medida: la ingesta de harto hielo para que la situación o se arreglara o se terminara de descomponer. No se descompuso, por el contrario. Transcurrieron las posadas, la Navidad, el Año Nuevo y aquella sensación en la garganta brilló por su ausencia.

El cuerpo fía, pero cobra (con intereses leoninos) y apenas iniciaba la primera semana del recién estrenado año, cuando ¡moles! Ahí tiene a la de la letra que amanece con un severo ardor de garganta. La sensación de bola de estambre regresó por sus fueros y se sentía ahora como estropajo de alambre. Para el mediodía una incipiente fiebre se hizo presente y en menos de tres horas esta su amiga ya estaba en calidad de guiñapo.

Pero lo mejor estaba por venir. Llegó la noche y entre escalofríos y dolor de cabeza los ojos empezaron a cerrarse, mal ocurría cuando cof… coof… cooof… COFCOFCOF: la tos. Una tos sincronizada con los parpados, a medida que éstos descendían la tos ascendía.

A la mañana siguiente la matutina pregunta ¿cómo amaneciste? Descubrió una nueva situación. Estaba ronca. Muy ronca, tan ronca que era más fácil escribir lo que quería decir a lograr que me escucharan. Para el siguiente día el panorama cambió y mejoré sustancialmente; sin embargo la ronquera seguía y con la llegada del sueño volvía la tos.

Esa tos que tiene la cualidad de hacerse presente en los momentos más inoportunos. Si esta uno en una situación solemne que requiere atención y silencio, cual invocación llega. Puede andar en la calle y no pasa nada, todo es cuestión que entre a algún lugar cerrado: una iglesia, un teatro, un cine, para que de pronto empiece cof… cofcofcof, al principio quedito, queriendo uno pasar por discreto. Pero entre más trata de aplacar la escandalera los decibeles aumentan coof, coofCOFCOFCOF y no falta el buen samaritano que le extiende la mano con una pastillita mentolada, a la vez que alguien cercano lanza la infaltable y absurda pregunta ¿tienes tos?

Sí, porque ahí está uno con los ojos saltones, doblado en el asiento, luchando ya no por frenar la violenta tos sino por no volver el estómago del esfuerzo… COOFCOFCOFCOF, hasta que de plano se rinde uno al ataque, sin importar el momento ni las miradas de reproche, ni los comentarios contra el tosijoso. El pañuelito desechable con el que se cubría la boca ha quedado en el intento. En él quedó atrapada la pastillita mentolada que salió disparada en el esfuerzo. Las manos y el torso se mueven al ritmo que la tos marque, lo único que se quiere es que pase el ahoguío. Y en medio de eso la incalificable pregunta ¿tienes tos?

El momento pasa, es entonces cuando uno justifica la situación: “híjole, que pena, es que tengo tos”, cual si no hubiera quedado más que manifiesto.

Cuando uno está en esas condiciones, si le queda tantito de prudencia se abstendrá de acudir a conciertos, porque justo cuando está el momento más sublime aquello se convertirá en el “Concierto para una sola tos”. Si va al cine, la andanada de “sssh” y de mentadas lo obligará a huir en medio de una lluvia de palomitas de maíz y de servilletas sucias hechas bola. Si va a misa, la prudencia y el temor de escuchar desde el altar la invitación a que salga un momento, lo harán tomar la iniciativa. De ir al circo ni hablamos, porque no querrá llevar en su conciencia la responsabilidad de no haber acatado la instrucción del maestro de ceremonias “este acto es sumamente peligroso, le pedimos al público que por favor guarde absoluto silencio”.

Ya en la tranquilidad de su casa, cuando el rubor que produjo el estruendoso episodio quedó atrás y se disponga a dormir. Cof.. cofcofcof, la tos de nuevo. Toma un libro, ve la tele, va al baño, a la cocina y el ahoguío pasa. Se acurruca, los párpados empiezan a cerrarse, pero antes de que lo venza el sueño lo vencerá un nuevo ataque de tos que se repetirá las veces que sea necesario para hacer que reciba la luz del día con unas ojeras calidad mapache.

Toma té de orégano, de hojas de limón, de bugambilia, de gordolobo, de abango, toma miel y se te quita la tos, toma tequila, me han dicho. En vía de mientras sigo con tos y con voz de operadora de hot line venida a menos.

Muchas gracias por leer éstas líneas y con ello hacer que esto valga la pena. En este 2010, por favor comentarios, sugerencias, invitaciones (a conciertos no puedo ahorita, tengo tos), mentadas y hasta felicitaciones por favor en adosdetres@hotmail.com

¡Epa! Dicen los del Departamento de Relaciones Públicas de A dos de tres, en el 2009 era igual. Sí, responden los de Mercadotecnia, pero así suena a versión “reloaded” a veinte diez, para que se escuche más contemporáneo. ¡Aaah!, será por eso, concluyen.

Que tenga una semana gozosa de cabal salud.

lunes, 4 de enero de 2010

A dos de tres

Marisa Pineda

Calzones rojos para que no falte el amor, mejor amarillos para que llegue suficiente dinero. Algo morado para mantener la salud. Manzanas con canela y polvo dorado para la buena suerte, vela incluida para que todo pinte bien. Escoba nueva para dejar limpito el camino para que todo lo bueno llegue. Maleta para viajar mucho. Doce uvas para los doce deseos. Listo, parece que el kit para recibir el 2010 está completo.

Sólo faltaría añadir: un lugar seguro para esperar ahí a que la gente que festeja la llegada del año nuevo disparando armas de fuego (propias o prestadas) con singular entusiasmo, termine de compartir su alegría.

Esta colaboración es particularmente especial. Tiene el don de la ubicuidad. Al momento de redactarla es el 30 de diciembre del 2009 y, si el diablo no mete la cola, verá la luz el domingo 3 de enero del 2010. Es, pues, a la vez, la última A dos de tres del 2009 y la primera del 2010.

Es esta una colaboración jubilosa, animosa ante la llegada de un nuevo ciclo que, desde ya, esperamos sea mejor en todos los sentidos.

Pero en vía de mientras, sigue siendo 2009 y hay que prepararnos para despedir como se debe al año en que conocimos la influenza AH1-N1. Enfermedad que nos confinó a quedarnos guardaditos en nuestras casas por allá en que a finales de abril y principios de mayo. Luego de dimes y diretes de que si era un invento, que si no, resultó que sí es y tuvimos que aprender a convivir con el nuevo mal.

Y así como aprendimos a convivir con la nueva influenza aprendimos a sobrellevar la nueva crisis. De algo valió el entrenamiento que durante años hemos tenido los mexicanos con las viejas crisis, ligadas ininterrumpidamente una tras otra de forma tal que pareciera una sola. Escuchar la frase “dicen que se va a poner muy feo” (siempre seguida de un silencio solemne) ha dejado de ser voz de alerta para convertirse en una especie de muletilla para referirnos a cada vez más rubros.

Sin embargo el ánimo, que busca asideros, desde endenantes ha encontrado en diciembre y sus fiestas su esquina neutral.

Las posadas son catarsis al son de la fauna bailadora (el baile del mono, el baile del perrito, el baile del gorila), y de “No rompas más mi pobre corazón”, infaltable rola que llegó para quedarse al permitir saltar a la pista y bailar sin necesidad de pareja.

A las clásicas de “para amanecer bailando” este 2009 se sumaron: “El sonidito” (aunque ya de salida, a Dios gracias), “La peinada” (a dónde tan peinada, ¡hey, hey, hey!), “Te lavaste la cara y el mono no” (con su coreografía que aclara a qué se refiere con “el mono”), “Cahuates pistachs” y “El tamalero”, estas últimas par de joyas cuya lírica es legado de dos vendedores ambulantes harto conocidos en el sur de Sinaloa.

Tras las posadas, la pachanga entra en receso por siete días, tiempo más que suficiente para reponerse de la primera andanada de excesos en el comer y el gastar, y agarrar aviada para estar listos para el Año Nuevo.

El 31 de diciembre va el resto. Total, ya para entonces las tiendas están con descuentos del 50 por ciento, lo cual da la ilusión de que uno está aprovechando una oportunidad, ahorrando y no gastando. En cuanto a la comida, ¡énguele!, total ya en enero nos ponemos a dieta. Para qué es el Año Nuevo si no para iniciarlos con los perpetuos propósitos: bajar de peso y ahorrar.

Inicia el 2010 con esta columna ubicua, que agradece la amistad y la confianza de aquellos que le brindan espacio, y de los cuatro amigos que nos obsequian su tiempo para leer éstas líneas y con ello hacer que esto valga la pena.

Los de los departamentos de A dos de tres, la corresponsalía en la ruta Lomita-Cañadas, la del mercado Rafael Buelna (aka El Mercadito) y la de la letra les deseamos un Feliz Año Nuevo.

Ya sabe, comentarios, sugerencias, invitaciones, mentadas y hasta felicitaciones por favor en adosdetres@hotmail.com

Que tenga un año pleno en salud, amor, dinero y metas alcanzadas.