lunes, 23 de febrero de 2009

A dos de tres

Marisa Pineda

Lo leo y no lo creo.

Uno. Dos. Las espaldas siguen planas. ¡Tres!. Primera caída A dos de tres.
Pues que sí, la de la letra está que no lo cree. Justo empieza a teclear este texto; por costumbre, en cuanto termina de poner su apellido salva el documento, y es ahí cuando lo nota: ¡que hemos cumplido un año! A dos de tres (o sea ustedes cuatro y esta su amiga) tenemos ya un año aquí.

Nobleza obliga y es indispensable agradecer, en Culiacán, a Jorge Luis Téllez, sin cuya hospitalidad no hubiera sido posible que estas letras vieran la luz. A mi amigo Jesús Sarabia, por la confianza ciega que depositó y por el ánimo. A Perla Guerrero, que ha sabido ser acicate cuando la flojera está a punto de ganarle la lucha a la disciplina de aporrear el teclado. En Campeche, esto ha sido posible gracias a Jorge Elías Rueda Cobá. Friend, gracias por la amistad a prueba de tiempo y distancia. Pero sobre todo, gracias a Usted que lee éstas líneas y con ello hace que esto valga la pena. Primera caída. ¡Es nuestra!

En este tránsito A dos de tres ha corroborado semana a semana su perfil como un espacio especializado en generalidades y asuntos que a nadie le importan; así como su premisa: el saber no ocupa lugar.

En este tiempo las satisfacciones son más que muchas. A dos de tres cuenta ahora con varios departamentos en los cuales se apoya cuando necesita que le elaboren una tarjeta informativa (como cambian los escenarios. En la secundaria y la prepa a eso le decíamos acordeones. Qué cosas) Así, están: el departamento de Estudios Económicos, el de Análisis Político, el de Investigaciones Especiales, el de Etimologías, el de Destinos Turísticos y el de Diseño gracias al cual la de la letra sale bien bonita en el logotipo que le crearon para A dos de tres.

También están los correos recibidos. Como aquellos que enviaron una vez que el noticiero que el canal de las estrellas tiene por la mañana sacó un reportaje sobre esos menús gastronómicos en que al verlos uno de pronto se siente rey y el mundo le importa poco, como dice la canción. Eran un par de párrafos prácticamente calcados a como aparecieron aquí. Los del Departamento de Destinos Turísticos de A dos de tres para pronto dictaminaron: ¡nah!, si en cualquier palapa marisquera del país se puede pedir la Botana del Patrón, los Camarones de los Chakas, el Coctel de los Pesados. Que el reportaje haya salido a dos días de que A dos de tres tomara el tema de los menús de la MoNarquía Mexicana, usando prácticamente las mismas palabras y orden de párrafos ni al caso, es mera coincidencia.

Aún con el dictamen de los del Departamento de Destinos Turísticos, la de la letra aprecia que el 75 por ciento de los lectores (o sea tres) se hayan tomado la molestia de escribir para comentar el caso. Tal como lo dije entonces, lo digo ahora: Gracias.

Gracias también a quienes han tenido a bien acrecentar la colección de letreros de esta su amiga. Parece que la afición de andar por el mundo anotando frases es más común de lo imaginado. Empiezo a creer que debe tener algún nombre y alguna clasificación dentro de las filias y las fobias. Turnaremos el caso a los del Departamento de Investigaciones Especiales de A dos de tres.

De que confesara aquí esa manía, son muchos (de nuevo el 75 por ciento de los lectores) quienes han contribuido a la colección enviando fotografías que son garbanzos de a libra: “Dios te está viendo, no robes” que aparece a la entrada de un negocio que recurrió a Sistemas de Seguridad y Protección Divinos. “Los niños son nuestros mejores clientes, ellos rompen y usted paga”, colocado a un lado de la caja en una tienda de jarrones y artesanías en yeso. Así como los clasificados profesionales: “Solicito secretaria con disponibilidad de horario y que sepa dar masajes” y “Solicito asistente de 18 a 21 años, buena presentación, aptitudes, se quede a dormir si es necesario”. No piensen mal, trabajar cansa.

A lo largo de estos meses ha sido curioso notar ¡cuántas madres de familia buscan instrucciones para elaborar piñatas con figura de dinosaurio! Le platiqué aquí la odisea de la de la letra en busca de una piñata de dinosaurio negro para Mesié Vivendum.

Para quien anda en labor de paleontólogo, deje le digo que la solución es bien fácil. Si opta hacerlo a la manera de los técnicos: agarra un globo, lo infla y lo empieza a forrar con papel y engrudo. Con las capas va formando un triángulo obtusángulo (el que tiene un ángulo obtuso, acuérdese el obtuso es el superior a 90 grados). La parte donde va el ángulo mayor a 90 grados hará las veces de panza, el resto serán el cuello y la base de la cola. Para la cabeza agarra papel, lo arruga formando un óvalo (¡iiiu! la primaria no me pasó de noche), lo coloca de manera horizontal y sigue empapelando al jurásico ser. Las patas están bien fáciles, son cilindros pequeños, con cortes en los extremos para poder pegarlas al cuerpo y en el otro ponerles la planta dibujada en cartulina. La cola también va en cartulina. Lo pinta del color deseado, le coloca ojos (van almendrados, en forma horizontal. En el centro la misma figura, en color contrastante pegada en forma vertical, para que se vean bien fieros), los dientes (dos hileras de triángulos), las garras (tres triángulos, separados) y por todo el lomo y hasta el final de la cola le pega otra hilera de triángulos.

Si lo quiere hacer a la manera de los rudos: va a la dulcería y pide que a un barney le hagan un extream make-over. Que le quiten panza; le pongan dientes grandes, en forma de triángulo; que los ojos sean almendrados; le pongan garras en las patas y, muy importante, no lo vaya a pedir en colores verde y lila porque ahí lo descalifican.

Esa parte de A dos de tres va dedicada a la porra cuya descendencia los ha puesto contra las cuerdas, pidiéndoles una piñata de dinosaurio. Servidos.
¿Le ha pasado que a veces por más que busca la idea no más no llega? Cuando es hora de empezar a teclear y eso ocurre, la de la letra recurre a su mayor afición, la que más le llena. La que no logra siquiera determinar en qué momento entró a su vida para quedarse con ella hasta el final: la lucha libre.

Del gusto por la lucha sale el nombre de esta columna. A dos de tres, como la mayoría de los combates. A dos de tres caídas, sin límite de tiempo. A dos de tres caídas sin empate y sin indulto, como muchas luchas en la vida misma.

Uno. Dos. Las espaldas están planas. ¡Tres! La primera caída para A dos de tres.

Muchas gracias por leer éstas líneas y con ello hacer que esto valga la pena. Gracias por las invitaciones, las sugerencias, las aportaciones, las mentadas y las felicitaciones, ya sabe que se reciben en adosdetres@hotmail.com

Que tenga una semana en que le aplique la Tomoenague a los contratiempos.

lunes, 9 de febrero de 2009

A dos de tres

Marisa Pineda

A 25 años de su muerte, Santo el enmascarado de plata consolida su sitio entre los inmortales. Este 5 de febrero los homenajes iniciaron en el barrio de Peralvillo, en el Distrito Federal. El Hijo del Santo, heredero de la máscara y de todo lo que ello implica, encabezó las actividades con el depósito de una ofrenda floral ante la estatua del ídolo. Quienes fueron ese día al panteón Mausoleos del Ángel platican que en la tumba de Rodolfo Guzmán Huerta también hubo muchas ofrendas.

El 5 de febrero de 1984, a las 9:30, en el Hospital Mosel el luchador Rodolfo Guzmán Huerta perdió la tercera caída de su último combate. Su muerte dio vida a la leyenda del máximo héroe que ha engendrado la cultura popular mexicana: Santo, el enmascarado de plata.

Rodolfo Guzmán Huerta nació en Tulancingo, Hidalgo, el 23 de septiembre de 1917. El Santo nació el 26 de julio de 1942, en la Arena México. Su nombre de batalla era una paradoja al militar en el bando rudo. “Me puse el Santo para que hubiera contraste con mi condición de luchador sucio. Al principio tenía miedo de llamarme Santo porque la gente iba a pensar que me estaba burlando de Dios, o qué”, declaró Guzmán Huerta en entrevista a Protagonistas.

El especial de colección de la revista Somos “Máscaras vemos, cabelleras no sabemos” refiere que cuando un reportero le pidió al Santo “que explicara por qué si los santos son buenos, él era tan violento y sanguinario”, el luchador respondió “no todos los beatos son buenos, existen algunos malosos, con San Antonio, si no me cree pregúntele a muchas mujeres, que después de casadas no quieren verlo ni en pintura, por el milagrito que les hizo”.

En el libro Ficción y Realidad del Héroe Popular, Tiziana Bertaccini recoge entrevistas a luchadores que convivieron con El Santo y material periodístico de la década de los 60. Ahí, señala: “En realidad el rostro de Rudy era gris, frío, como dice Wolf Rubinsky, “no era nada del otro mundo”. Sus amigos lo habían apodado El Profe: Cuando, en silencio, con la mirada miope, la frente descubierta a causa de una calvicie prematura, oculta bajo un sombrero negro, llevaba un libro bajo el brazo derecho, caminando tranquilo detrás de unos anteojos oscuros, nadie habría podido sospechar que estaba ante un vigoroso luchador”.

“No sólo carecía de un rostro particularmente atractivo, sino que, además con su estatura de 1.69 metros y un peso de 80 kilogramos y delgadas piernas, su físico no era ni siquiera comparable al de algunos colosos del momento, “es un hecho que el Santo no ha sido el mejor luchador que haya dado México, ni el científico más brillante y capaz, ni el rudo más tormentoso, tampoco el más espectacular, ni el mejor dotado”.

No obstante esas condiciones adversas, El Santo fue considerado “el mejor luchador de México en 1943, 1944, 1945 y 1946; posteriormente sería en 1954, 1955 y 1957. También fue el primer mexicano que logró conquistar el Campeonato Mundial Welter. En total obtuvo dos cetros mundiales: Welter y Medio; tres títulos nacionales Welter, Medio y Semicompleto, 30 máscaras y 20 cabelleras. De 1953 a 1982 se cree que tuvo más batallas y más títulos que cualquier otro luchador de la época”, según registran tanto el trabajo de Raúl Criollo, Santo vs el olvido, y el de Álvaro Fernández, Santo el enmascarado de plata.

Si se analizan las divisiones en que El Santo conquistó títulos se puede constatar su madurez plena como luchador, considerando que la división welter corresponde a un peso de hasta 78 kilos, medio hasta 87 y semicompleto hasta 97. Ese tránsito da cuenta del natural pleito con la báscula que van dejando los años; pleito que Rodolfo Guzmán Huerta supo ganar, adecuando sus facultades conforme al paso del tiempo hasta reconocer el momento preciso del retiro.

A reserva de hacerme merecedora a una pamba con picahielo, la de la letra divide al Santo en dos: el luchador que supo explotar como nadie “la de a caballo” (llave inventada por Gory Guerrero, pero que aún hoy de tanto que la empleó El Santo hay quienes creen que fue él su creador) y el mito, que no se creó en el cuadrilátero sino en las historietas y en el cine.

Fue en la historieta creada por José G. Cruz donde El Santo adquirió la categoría de héroe invencible. Fue ello lo que le obligó a adoptar el bando técnico, en pos de la expiación de sus rudezas. “Fueron los niños, a raíz del personaje de la historieta, los que me hicieron cambiar” dijo en más de una entrevista. Los niños que seguían sus aventuras para luego ir a ver al héroe materializado en la arena, a aplaudirlo, a pedirle un autógrafo, a tocarlo para constatar que El Santo, a diferencia de Superman o cualquier otro, sí era de verdad. “Esto me hizo reflexionar y pensar que la niñez no merecía un ídolo tan malo”, reconoció el luchador.

El mito de El Santo surge en un México donde las arenas, y la lucha libre en particular, eran el lugar y el momento para sacar las frustraciones que se anidaban en las vecindades y barriadas, producto de la creciente migración del campo a la ciudad, en pos de mejores condiciones de vida. El propio Santo era ejemplo de ese fenómeno, cuando a temprana edad los Guzmán Huerta dejaron Tulancingo para irse al Distrito Federal buscando dar mejor vida a los siete hijos.

En México, la primera transmisión de televisión fue el primero de septiembre de 1950, pero apenas si había un aparato por cuadra. El televisor no era un artículo accesible para todos, pero el cine sí y fue ahí donde las películas del Santo crearon un género: el del cine de luchadores, con cintas que de tan malas se convirtieron en buenas, a grado tal que hoy en día son materia de estudio obligada.

El 5 de febrero de 1984, tras el acto de escapismo que realizaba en el Teatro Blanquita, Santo el enmascarado de plata se sintió mal. Lo llevaron al Hospital Mosel para la lucha estrella. En el camino aplicó a su contendiente la llave de sus éxitos: la de a caballo. No fue suficiente, al Santo le contaron los diez segundos y no regresó al ring. La muerte le ganó en la tercera caída.

En 1979, El Santo grabó una entrevista autobiográfica que publicó la revista Proceso. Ahí dijo: “el instinto de conservación vence nuestros propios sentimientos, y los dolores que creemos imperecederos se van absorbiendo poco a poco en el papel secante que es el tiempo, hasta no dejar en el alma más que un dulce recuerdo y con éste un infinito deseo de portarse bien, de ser buenos para que aquellos ojos que desde la eternidad nos miran, no lloren por nosotros y para que alguna vez nuestro comportamiento nos conduzca al sitio que ansiosamente nos aguardan”.

La noticia de la muerte de El Santo se corrió como hilo de media. En la lucha libre quien gana la cabellera gana la fuerza, pero quien gana la máscara gana todo. La muerte le ganó al Santo la última de sus luchas, pero no le pudo quitar la máscara. El 6 de febrero, Rodolfo Guzmán Huerta, El Santo, fue sepultado con la máscara puesta. Miles y miles de personas acompañaron al luchador, en el sepelio más concurrido por el pueblo, después del de Pedro Infante, coreando un grito que a 25 años sigue vigente: ¡San-to! ¡San-to! ¡San-to!

Ya sabe, comentarios, sugerencias, invitaciones, mentadas y felicitaciones por favor en adosdetres@hotmail.com. Gracias por leer éstas línea y con ello hacer que esto valga la pena. Que tenga una semana de triunfos en la lucha diaria.

martes, 3 de febrero de 2009

A dos de tres

Marisa Pineda

El mafioso más popular de todos los tiempos, Al Capone, inspiró a Chester Gould para crear Dick Tracy, la primera historieta policiaca, publicada en 1931. En las páginas del comic, el policía Dick Tracy libraba una ardua lucha contra el hampa. En las páginas de los diarios norteamericanos de la época, los sangrientos combates entre gangsters desdibujaban la línea entre la realidad y la fantasía. Setenta y ocho años después, en México, la Secretaría de la Defensa Nacional edita “El pelotón en la lucha contra el narcotráfico” y “La misión del pelotón”, dos comics para reforzar conceptos entre la tropa que lucha contra el crimen organizado. ¿Entendiste o te lo te pongo con monitos?

El Departamento de Estudios de la Comunicación de A dos de tres explica que la historieta es una forma de narración a base de imagen y lenguaje. Según especialistas, como Umberto Eco, la historieta es un producto cultural, que funciona según la mecánica de la persuasión oculta. Los comics actúan como refuerzo de los mitos y los valores vigentes.

Si bien el comic surge como opción de entretenimiento y diversión, cada vez tiene más presencia en otros campos, como el proselitismo y la instrucción. La historia contemporánea nos ha legado los comics del priísta Francisco Labastida, cuando candidato a la Presidencia de la República en el año 2000; del panista Vicente Fox, como Presidente de la República en el 2000; y del perredista Andrés Manuel López Obrador, en el 2004 entonces jefe de Gobierno del Distrito Federal y protagonista de “Las fuerzas oscuras contra Andrés Manuel López Obrador”.

En el campo de la instrucción, el sector salud ha echado mano del comic para numerosas campañas de orientación y prevención de enfermedades y adicciones. Ahora, la Secretaría de la Defensa Nacional se suma a este rubro -el de la instrucción- con “La misión del pelotón” y “El pelotón en la lucha contra el narcotráfico”, publicados en la Revista del Ejército y Fuerza Aérea.

En el mundo del comic a Dick Tracy le han llegado refuerzos de muchas partes. En 1999, la editorial española Norma publicó “El colmillo de la serpiente”, historieta que gira en torno a Esther, la nueva Miss América del Norte, de profesión policía. Esther tiene un hermano, Félix, tipo común y corriente que un día desaparece. En la búsqueda de su carnal, las pistas llevan a Esther al cartel del narcotraficante Faustino O’Hara, a donde va a dar con todo y título de belleza. También de Norma Editorial son “Cuervos” y “Down”. En “Cuervos”, ambientada en la ciudad de Medellín, Colombia, el narcotráfico, la corrupción, los encuentros sangrientos entre delincuentes y policías están presentes en cada número. “Down” presenta las aventuras de Deanna Ransome, curvilínea agente que se infiltra en una red de narcotraficantes para desarticularla. Como ve Dick Tracy no está solo.

En México, el narcotráfico ha permeado usos y costumbres, entre tantas muchas cosas, el modo de informar no es la excepción, por el contrario, parece que en ese rubro el crimen marca la pauta. En 1989, a la altura del rancho Santa Elena, en Tamaulipas, la policía hizo el alto a un conductor en una revisión de rutina. En la camioneta que manejaba se encontraron restos de mariguana y una pistola calibre 38. El detenido confesó pertenecer a una secta de magia negra, practicante de sacrificios humanos y dedicada al tráfico de mariguana a Estados Unidos. Cuando la policía entró al rancho encontró una fosa común con los restos descuartizados de por lo menos doce personas. Sangre y partes del cuerpo de las víctimas habían servido de alimento de poder para los miembros de la secta, los huesos de amuleto. Casi un mes después del descubrimiento, las autoridades dieron con Adolfo de Jesús Constanzo, líder de la secta, y quince seguidores. Los localizaron en Monterrey, Nuevo León. Fieles a su promesa, al verse rodeados por la policía un seguidor acribilló a Constanzo, luego se mataron entre ellos. Al final, la policía detuvo a los tres únicos sobrevivientes; dentro de ellos Sara Aldrete Villarreal, entonces de 24 años y novia de Constanzo, cuya historia inspiró la película Perdita Durango, y quien narró como sacrificaban a las víctimas.

Ese fue el primer caso en que la de la letra recuerda se haya usado el prefijo narco. En todos los medios de comunicación se trató el caso los narcosatánicos. La fosa fue la narcofosa, los huesos de amuleto fueron los narcoamuletos, el rancho fue el narcorancho y etcétera. De entonces a la fecha, el prefijo se ha empleado en cuanta cosa se le ocurra: narcovivienda, narcocolegio, narcomóvil y sigue hasta llegar al absurdo.

Con tal bombardeo mediático raro sería que el tema del narcotráfico no estuviera también en el comic mexicano. En el 2007, el colectivo 656 Comics, de Ciudad Juárez, Chihuahua (cuna del Cártel de Juárez) publica “Las chicas clave” historieta no apta para niños en que un comando de sexy agentes, armadas hasta las bubis, dan la batalla al crimen organizado. En Culiacán, donde la referencia al narcotráfico se encuentra hasta en la gastronomía, “La familia Buchón” y las aventuras de “El Ñacas y El Tacuache” se pueden seguir en La Locha, la revista de los moneros sinaloenses.

Si Usted es de los que pa’ arriba voltea muy poco o si es de los que pa’ abajo no saben mirar no hay problema, en las paredes y en el suelo del centro de Culiacán va a encontrar imágenes y frases en referencia al tema del narcotráfico. La imagen de Jesús Malverde y del finado compa Chalino (Sánchez. Cantante acribillado); las trocas de lujo, las armas y la frase “pacas de a kilo”, son parte de lo que plaquea Watchavato, artista del esténcil, la calca y el cartel (que no del cártel), cuyo nombre artístico, por cierto, aparece ya para casi una decena de marcas como Vans, Nike y Red Bull.

A todos ellos se suman ahora “La misión del pelotón” y “El pelotón en la lucha contra el narcotráfico”, los primeros comics que publican las fuerzas armadas de nuestro país. El primero partió de los cursos de adiestramiento del Ejército Mexicano, en base a un ejercicio efectuado en el Centro de Adiestramiento Regional de la Sexta Región Militar, con sede en La Boticaria, Veracruz. En el segundo, los protagonistas reciben la misión de destruir plantíos de amapola localizados en algún punto de la Octava Región Militar, en Oaxaca. Las historietas reforzarán la preparación de los militares en la lucha contra el narcotráfico. Como en toda lucha, habrá que esperar la respuesta del contrario.

Cuando la de la letra era plebe y su cerrazón para entender alguna orden rebasaba la paciencia de La Matriarca, esta alzaba la voz y lentamente preguntaba ¿me entendiste o te lo explico con monitos? La vez que le dije que me lo explicara con monitos, agarró un pedazo de carbón y sobre unos ladrillos trazó unos dibujos, que si no hubiera sido porque vi cuando los hacía hubiera creído que los hizo una criatura de cuatro años. Una vez los que los terminó así me fue. Al final de la tunda preguntó de nuevo ¿ya entendiste o te lo explico con monitos? No hubo necesidad. Por lo que se pudiera ofrecer, le pedí que no los quitara. Ahí quedaron hasta que el tiempo los borró.

Gracias por leer éstas líneas y con ello hacer que esto valga la pena. Comentarios, sugerencias, invitaciones, mentadas y hasta felicitaciones por favor en adosdetres@hotmail.com Que tenga una semana en que la vida le pinte una sonrisa.