lunes, 24 de enero de 2011

A dos de tres

Marisa Pineda

¡Yiiugh! Por más que intento no lo consigo. La felizología es para mí como el aceite de hígado de bacalao (¡guácala!), simple y francamente no me pasan.

De inicio esta columna sería sobre la próxima presentación de Los Tigres del Norte en el canal de videos musicales por excelencia: MTV. Leyó bien: los de Rosa Morada, Mocorito, (Sinaloa) van a estar en el canal que hizo historia al motivar al mundo a ver la música, en un especial que se llamará “Los Tigres del Norte and Friends: MTV Unplugged” a grabarse entre este enero y marzo, teniendo entre los invitados a Juanes, Calle 13, Andrés Calamaro y a Zack de la Rocha, del grupo Rage Against the Machine. Ecléctico el elenco.

Pues ahí me tiene entusiasmada tundiéndole a la tecla sobre dicho especial, luego del cual a Los Tigres del Norte sólo les faltará hacer la banda sonora para una película y ser nominados al Oscar. Han logrado prácticamente todo lo que se puede lograr en la música, quizás entre sus pendientes sólo este: tener un Los Tigres del Norte sinfónico y la nominación al premio Oscar. Por lo demás, creo que han alcanzado prácticamente todo.

Ahí estaba anotando aquí, añadiendo allá, cuando un nuevo converso a la felizología se hizo presente. Tan contenta que estaba y tan de malas que logró ponerme con sus frases emanadas de la “fuerza interior”, desatada por uno de los tantos agiotistas de la autoestima, cuyos libros abarrotan los anaqueles de librerías y tiendas de autoservicio. Fórmulas mágicas que a los primeros en hacer felices son a los autores y editores de tales manuales, por las altas ventas que generan.

Reza el dicho que quien no conoce a Dios a cualquier barbón se le hinca, y ahí tiene a miles de creyentes consolidando los imperios erigidos por los sumos pontífices de la autoayuda, quienes en sus guías indican los pasos a seguir para alcanzar un concepto de felicidad redefinido bajo sus propias reglas, y ¡ay! de aquel que no las siga porque simple y sencillamente no es, ni puede considerarse, una persona feliz.

Particularmente prefiero las frases sarcásticas sobre la felicidad y sus derivados a las endulzadas con azúcar baja en calorías. Me agradan más las del tipo “Dios mío dame paciencia pero dámela ya” y “Si un día quien amas te es infiel y piensas tirarte al vacío recuerda que tienes cuernos no alas”, que el simplismo mal vestido de “El monje que vendió su Ferrari” o de la “Juventud en éxtasis”.

Para esto, el camino para encontrar sus “Zonas erróneas” y alcanzar su “Inteligencia emocional” hay que transitarlo solito y su alma porque la tal fuerza interior sólo Usted puede liberarla. Nadie, sino Usted puede “Despertar al gigante interior” (pronúnciese con tono de infomercial). No obstante, el trayecto de “El hombre en busca de sentido”, puede hacerlo amparado bajo la valiosa guía del “Padre rico padre pobre”, y con “La brújula interior” bien orientada.

Para que no haya reclamos por falta de equidad de género nosotras tenemos como ejemplo a seguir a las “Mujeres que corren con los lobos”, y nada de que “Los hombres son de Marte y las mujeres de Venus”, al igual que los varones nosotras también tenemos que quitarnos “Las máscaras de los miedos” solas.

Y si bien las corrientes felizológicas al principio desdeñan el dinero (el dinero no es riqueza es tan sólo vanidad), una vez descubierto el Nuevo Yo hay que darle la vida que se merece. En esa nueva vida el dinero se revaloriza y se vuelve muy importante, más es mejor y mucho más es mucho mejor. Para lograrlo también hay fórmulas, que van desde los “21 minutos para alcanzar su prosperidad” hasta la revelación de las “Siete claves para ganar más dinero con su propio negocio”; la primera clave se me hace que ha de ser escribir un libro sobre cómo ganar más dinero (mera intuición).

Una vez encontrado el Nuevo Yo y alcanzado el éxito financiero, hay que trascender para completar el círculo, y que mejor que hacerlo encontrando el equilibro espiritual. Para ello también hay asesoría, ahí tiene “El arte de vivir espiritualmente” y un larguísimo etcétera.

Cuando la de la letra expuso que para ella las mejores historias de felicidad y de superación personal la dan las personas comunes, las que salen día a día a ganarse la vida honradamente para sacar adelante a su familia, las que no hacen de la adversidad justificación y pretexto para convertirse en delincuentes, las que pese a tener tanto en contra se mantienen fieles a sus principios, regalan una sonrisa y saben decir por favor y gracias (palabras de poder, Barney dixit). ¡Uy! Hubiera visto, ahí fue cuando se vino la retahíla de cómo debe vivirse la vida, de cómo debe ser el éxito y cómo hay que ser para ser feliz.

Ahí fue cuando me agodzilé, porque si toda esa monserga puede ayudar a más de uno a sentirse mejor consigo mismo, que bueno. Se respeta. Lo que incomoda es que alguien más intolerante que yo (que ya es decir bastante) imponga como único modo de vida y parámetro de felicidad, realización y éxito sólo aquello que aparece en la guía que leyó, descartando toda forma que no aparezca en su librito.

Pues ahí tiene lo que me puso de malas y llevó a dejar el tema farandulero (que como ha dado material esta semana) para mejor ocasión. Total, a falta de realeza en México tenemos farándula, muy útil para tender cortinas de humo y desviar la atención nacional de asuntos que no tienen para cuando darnos felicidad.

Muchas gracias por leer estas líneas y con ello hacer que esto valga la pena.
Comentarios, sugerencias, invitaciones, mentadas y hasta felicitaciones por favor en adosdetres@hotmail.com

Que tenga una semana feliz. Si tiene un traspié recuerde que ya hay “Caldo de pollo para el alma”.