Marisa Pineda
A menos de quince días de que las
campañas políticas lleguen a su fin, en A dos de tres echamos de menos a
aquellos candidatos para quienes la Presidencia de la República bien valía un
desfiguro. A los que no les intimidaba brincar a los parabrisas en pos de la
simpatía popular. A los que se habilitaban de hombre de campo trepándose a un
cuaco, acomodándose un sombrero y amarrándose un paliacate al cuello. Los que
se meneaban con singular alegría en “bailando por un voto”. La ausencia de esos
clichés es justamente la novedad en estas campañas señaladas como faltas de
novedad.
A lo largo de ya casi tres meses,
los de A dos de tres hemos extrañado aquellos episodios en que los abanderados
se despojaban del sentido del ridículo y, todo fuera por la campaña,
protagonizaban episodios chuscos. Bufonadas que, no conforme con actuarlas, se
buscaba que los medios de comunicación las atestiguaran y las proyectaran en
horario estelar.
Qué ha sido de esos momentos en
que el candidato presidencial brincaba franela en mano a los parabrisas de los
autos buscando la simpatía popular y, por supuesto, el voto. Qué ha sido de los
que aplicando la máxima “a la tierra que fueres has lo que vieres” si iban a la
costa se ajuareaban cual Pedro Armendáriz en la película La Perla, y si iban al
norte se vestían como si hubieran heredado el guardarropa de ese otro personaje
Don Cruz Treviño Martínez de la Garza. Esta vez, a lo más que los hemos visto
es luciendo un huipil o collares de flores.
Y si de lograr el protagonismo se
trataba qué mejor que hacerse rodear de figuras. Y si bien el futbol es el
deporte más popular, no puede rebatirse que llama más la atención un luchador
que un futbolista. Un luchador, sobre todo enmascarado, es imán en cualesquier
acto proselitista.
No era extraño ver las imágenes
de Blue Demon Jr., Dos Caras y Atlantis apoyando al candidato de Acción
Nacional, partido en el cual es reconocida la militancia de dichos gladiadores.
Tampoco era extraña la presencia de El Santo apoyando campañas priístas. Cuenta
la leyenda urbana que en alguna ocasión un candidato a la Presidencia de la
República pidió: “dígale (al Santo) que le agradezco mucho su cooperación, pero
al paso que vamos, él terminará siendo el Presidente”. Y por rumbos del Partido
de la Revolución Democrática, es reconocida la militancia de El Brazo de Oro,
quien el año 2006 organizó la “Lucha por
la democracia”, realizada en la plancha del zócalo de la Ciudad de México. Ahí subieron al ring Cien Caras, Universo
2000, Máscara Año 2000, Ringo Mendoza, el Villano IV y el Villano V, Hiroki, La
Diabólica y una constelación. El encuentro cerró con la estelar “El Peje contra
las Fuerzas Oscuras”.
Del suelo a la lona del ring hay una altura que va de un
metro 20 a un metro 45 centímetros. De la lona a la tercera cuerda hay metro y
medio más. Entre cuerda y cuerda hay aproximadamente 40 centímetros. La
distancia engañosa sumada a la falta de pericia llevó a más de un candidato a
tropezar o azotar de bruces al tratar de subir a que lo viera el respetable. La
ansiada ovación terminaba en sonoras carcajadas y rechiflas al ver al candidato
con medio cuerpo en la lona y las
piernas enredadas entre la primera y segunda cuerda.
Por ello, si la lucha libre, el
futbol o el deporte no eran el fuerte del candidato, siempre quedaba la salida
del baile. No le hace que tuviera dos pies izquierdos, lo de menos era agarrar
a una doñita en mitin y pasearla como en baile Renacentista, si le machacaba
los callos la culpa era del bolón que los empujó. Si ni eso le estaba
dado, el baile aún dejaba la opción de
menearse como stripper debutante, y si aún eso seguía siendo mucho, la última
frontera era abrirse paso entre el gentío moviéndose con la gracia de una tina
de lavadora.
En internet circulan cantidad de
imágenes alteradas para la burla. No queda ningún candidato exento de la mofa.
Algunas, verdaderamente ingeniosas, provocan la risa a pesar de. Sin embargo,
por más graciosas que resulten, no tienen ese ingrediente que daba la vida real
a los desfiguros de aquellos candidatos que por el voto hacían hasta el
ridículo.
Muchas gracias por leer éstas
líneas y con ello hacer que esto valga la pena. Comentarios, sugerencias,
invitaciones, mentadas y hasta felicitaciones por favor en adosdetres@hotmail.com En Twitter nos
seguimos en @MarisaPineda. Que tenga una semana libre de desfiguros, y anímese
a leer un libro. Dicen que decía Paul Valéry, escritor francés, “Los libros
tienen los mismos enemigos que el hombre: el fuego, la humedad, los animales,
el tiempo y su propio contenido”.