A dos de tres
Marisa Pineda
¿Ha oído hablar de la Rarología? Sí, existe, se presenta como “la curiosa ciencia de la vida cotidiana”, tiene libro (bestseller, por supuesto), página web y experimentos (científicos, claro) en los que puede participar. Ahora sí que los del Departamento de Investigaciones de A dos de tres ganaron dos caídas al hilo. Lo que hace el ocio.
Según su página oficial la Rarología es “la curiosa ciencia de la vida cotidiana”, cuya paternidad se atribuye a Richard Wiseman, de quien el sitio dice “es el único titular de la cátedra de Comprensión Pública de la Psicología en la Universidad de Hertfordshire”. ¿Qué si dónde está eso? En el Reino Unido.
El profesor Wiseman define su corriente como “una forma de ciencia llamativa por estudiar lo cotidiano utilizando métodos inusuales, o por estudiar cosas raras utilizando los métodos científicos convencionales”. Por si ayuda a arrojar más luz sobre lo que Wiseman quiso decir va un ejemplo: en la sección de experimentos de la página de rarología está “el experimento del penalti”, el cual sostiene que las mujeres son más acertadas para determinar si un futbolista atinará o no un penalti. Y así por el estilo los experimentos. ¡Pura ciencia!
Por aquello de los reclamos, el profesor Wiseman ya aclaró que si bien él acuñó el término Rarología, el verdadero padre fundador de la Rarología es “el científico victoriano inconformista Sir Francis Galton”. Los de Investigaciones de A dos de tres acotan: en los tiempos de Galton (1822-1911) a esa corriente se le llamaba psicología diferencial.
Retomando las palabras de Wiseman, este destaca: “Sir Francis dedicó gran parte de su vida a estudiar temas inusuales que incluyeron, por ejemplo, trabajos acerca del rezo, el aburrimiento y la belleza”. En A dos de tres se sospecha que Sir Francis estaba aburrido cuando se le ocurrió iniciar tal investigación.
Sobre ese punto, Wiseman refiere “El (Sir Francis Galton) determinó objetivamente cuando las conferencias de sus colegas eran aburridas midiendo subrepticiamente el nivel de impaciencia en las audiencias”, y eso porque en tal tiempo no había teléfonos celulares para aplicar el clásico truco de tomar el aparato, mirar la pantallita, poner cara de circunstancia y salir a contestar una llamada inexistente que permite huir de la conferencia, salvando de mover el bostezómetro a niveles por demás notorios.
Sin embargo, los experimentos de Sir Francis Galton podían sacudir la modorra y alborotar la bitachera. Wiseman cuenta en su libro Rarología, que Galton sostuvo la hipótesis “si la oración fuera efectiva los miembros del clero, quienes sin duda rezaban más y con mayor intensidad que el resto, deberían tener una expectativa de vida más prolongada que los demás”, pero “su extenso análisis de cientos de entradas en diccionarios biográficos reveló que los clérigos en realidad tendían a morir antes que los abogados y los médicos, lo que obligó a Galton, profundamente religioso, a poner en duda el poder de la oración”.
Como el asunto generó tremenda controversia, Galton enfocó sus siguientes trabajos a determinar científicamente la mejor manera de preparar la taza de té perfecta.
Muchas tazas de té después, Wiseman retomó el asunto de observar el porqué del por qué en la vida cotidiana, abundó en él, acuñó la Rarología y plasmó sus bases en el libro del mismo nombre, el cual es suyo por algo así como 18 euros, como 300 pesos mexicanos, y ya está dentro de los más vendidos.
Para algunos la Rarología es una estupidez, para otros es efectivamente la curiosa ciencia de la vida cotidiana. En A dos de tres lo dejamos a su consideración, puede echar un vistazo es los sitios triple w (punto) richardwiseman (punto) com, o bien en triple w (punto) rarología (punto) com a lo mejor hasta se anima a participar en los experimentos, si es así ya luego me platica cómo le fue.
Muchas gracias por leer éstas líneas y con ello hacer que esto valga la pena. Ya sabe, comentarios, sugerencias, invitaciones, mentadas y hasta felicitaciones por favor en adosdetres@hotmail.com Por cierto, acusamos recibo de las mentadas que generó A dos de tres preguntando cómo se le va a hacer para que la prohibición de los narcocorridos no convierta a una iniciativa bienintencionada en un elemento de extorsión. Las mentadas me quedaron claras, lo que sigue sin quedarme claro es cómo se le va a hacer para que no se pervierta tal medida. Que conste, pues, que sí checamos el “meil”.
Que tenga una semana de experimentos exitosos.
(PD: Señor Don Autoridad ¿Cuántos inocentes han caído esta semana a manos del crimen organizado? ¿Hubo ya justicia para ellos? más allá de la Justicia Divina. Si apuesta a que el olvido termine de sepultarlos, error: No se nos olvida)