Marisa Pineda
Desde hace poco más de
una semana en los aparatos de sonido de las tiendas no se escucha
otra cosa que Amor de madre, Madrecita querida y Señora Señora para
motivar a la clientela a obsequiar un lindo presente que haga sentir
a mamá como lo que es: la reina del hogar. Si intuye que A dos de
tres va a referirse a las madres, le atinó. Hoy, A dos de tres es
sobre las madres.
La fotógrafa Lourdes
Grobet retrató a una mujer alimentando con biberón a un bebé
acostado en una cama, en la imagen llama la atención la sonrisa que
ilumina el rostro de la mujer irradiando felicidad. Grobet captó
también a otra mujer, esta alimentando a un bebé en su regazo. En
la imagen, por demás maternal, destaca la mirada tierna y orgullosa
de la mujer. Mirada que se cuela por un par de rendijas de la máscara
que porta. Sí, esta madre está enmascarada, se trata de una
luchadora, La Briosa, protagonista de sangrientos combates que le
dieron numerosos trofeos y un lugar en la historia de la lucha libre
mexicana. La otra madre es Tania la guerrillera, gladiadora rudísima
y leyenda del pancracio.
La Briosa, fotografía de Lourdes Grobet. (La imagen se presenta con fines informativos, sin afán de lucro.) |
En su libro “Espectacular
de lucha libre” Lourdes Grobet captó la vida que hay más allá
del gimnasio y los encordados. Esa panorámica incluye a las
luchadoras en su papel de madres. Así, vemos a Tania la guerrillera
lo mismo partiéndole la frente a la rival que posando orgullosa con
sus seis hijos. La Briosa muestra igualmente su lado rudo que la
faceta más tierna con su bebé en brazos.
La preparación de un
luchador no es sencilla, son horas y horas de entrenamiento, de
trabajar con pesas, en las cuerdas y a ras de lona. Ese entrenamiento
duro, extenuante, no discrimina es totalmente unisex. Si una mujer
desea convertirse en gladiadora deberá someterse a esa misma rutina.
Los golpes y las lesiones en la lucha libre no respetan género, por
eso cuando una luchadora descubre que esta embarazada tiene que hacer
a un lado los compromisos y al completar su embarazo comenzar de
nuevo, como lo han hecho Lady Apache, Bastet la diosa felina, Lady
Cat, Tiffany y tantas más.
Las Irmas |
Mención especial de la
maternidad en la lucha libre mexicana merecen Las Irmas, dupla
integrada por Irma González y su hija Irma Aguilar. En solitario y
como pareja Las Irmas escribieron páginas gloriosas en la lucha;
además, con su ejemplo dieron redimensionaron el significado de la
maternidad en el deporte de las doce cuerdas.
Además de las luchadoras
que son madres, están también las madres de los luchadores. Esas
mujeres que tienen que encontrar las palabras adecuadas para sanar
las heridas que quedan en el ánimo de los perdedores, o para evitar
que el júbilo de los ganadores se desborde más allá de la tercera
cuerda olvidándose de que por más triunfos que sumen no son
invencibles.
La vida de las madres en
la lucha libre no es fácil. Se preparan arduamente, se tienen que
sobreponer al cansancio y al dolor. Su trabajo es sumamente exigente
y mal pagado. Y al final, cuando las luces de la arena se han
apagado, es tomar el camino de regreso a casa para cumplir con el
triunfo o la derrota a cuestas con el papel de ser madre. Y es que la
lucha libre se parece mucho a la lucha diaria.
Muchas gracias por leer
éstas líneas y con ello hacer que esto valga la pena. Comentarios,
sugerencias, invitaciones, mentadas y hasta felicitaciones en
adosdetres@hotmail.com
En Twitter en @MarisaPineda. Anímese a leer un libro, ¿qué tal uno
de poesías? Para que este día de madres declamar una como cuando
nos tocaba participar en los festivales de la primaria. ¡Ah! Y no se
le olvide