Marisa Pineda
El Día de Muertos es fecha para
el encuentro con esa rama familiar a la que sólo se ve en velorios y en el
panteón el 2 de noviembre. Es ocasión propicia para recordar las anécdotas que
nos dejaron nuestros muertos; para compartir cómo queremos nuestra despedida y
hacer jurar que se cumplirá tal voluntad. Es día en que la Muerte nos hace
revalorar la Vida, pero pocas veces reparamos en que la certeza de la muerte
también debe ser apreciada.
En estos días de altares a los
difuntos, protagonistas no faltan cuando en México se habla de 60 mil muertos en
los últimos seis años. Pero hay otros
que no están allá ni están aquí, cuya veladora es mitad luz de esperanza mitad
resignación. No hay certeza de cuántos son, pues mientras organismos civiles hablan
de 20 mil, la autoridad reconoce no saber cuántos pudieran estar entre los 25
mil restos humanos que se fueron a la fosa común sin identificar. Son los desaparecidos,
los que, como en la canción, “ni mueren ni reposan”.
En marzo de 2011, el grupo de trabajo
de la Organización de las Naciones Unidas sobre Desapariciones Forzadas o
Involuntarias concluyó que el incremento de nuevos casos podría indicar un
deterioro de la situación de desaparición forzada en México. Recomendó crear
una base de datos nacional sobre personas desaparecidas y “poner fin a la
práctica que exige a las familias de las víctimas recabar pruebas de la
desaparición de sus seres queridos y de la posible participación de
funcionarios públicos antes de iniciar las investigaciones”.
El 21 de febrero de 2012, el boletín
0674 del Senado de la República informa la expedición de la Ley del
Registro Nacional de Datos de Personas Extraviadas o Desaparecidas, a fin de
crear una base de datos que permita la búsqueda de individuos reportados como
desaparecidos y dé seguimiento a los casos denunciados. Al 30 de octubre de
este año la Procuraduría General de la República tiene 5 mil 174 registros en
el Programa de Apoyo a Familiares de Personas Extraviadas, Sustraídas y
Ausentes.
El 4 de enero de 2012, la Gaceta
Parlamentaria de la Cámara de Diputados publica: En los últimos cinco años se
han extraviado más de 75 mil menores en nuestro país, y poco más de 150 mil
niños han desaparecido. El 58 por ciento tiene de 4 a 12 años y las víctimas
son mayoritariamente del sexo femenino. El 2 de mayo de 2012 el Sistema para el
Desarrollo Integral del a Familia puso en marcha Alerta Amber México, para
localizar lo más rápido posible a niños desaparecidos. Las cifras son
escalofriantes.
Amnistía Internacional se queda
corta al referir “en México más de 3 mil personas desparecieron desde 2006”,
pues la Comisión Nacional de los Derechos Humanos revela “hay 6 mil expedientes
abiertos por desapariciones forzadas”. El Movimiento por la Paz, Justicia y
Dignidad asienta que son 20 mil los desaparecidos, 60 mil muertos y 250 mil los
desplazados.
Sobre todas esas cifras, este 23
de octubre, al dictar en Querétaro la
conferencia magistral “Seguridad Nacional”, la procuradora General de la República,
Marisela Morales, reconoció la necesidad de crear una base de datos de ADN de
desaparecidos, al aceptar que “muchos pueden estar en una fosa común” y no se
sabe pues “no hay mucho por donde buscar”.
“A donde van los desaparecidos,
busca en el agua y en los matorrales. ¿Y por qué es que se desaparecen?
Po que no todos somos iguales. ¿Y cuando vuelve el desaparecido? Cada vez que
lo trae el pensamiento. ¿Cómo se le habla al desaparecido? Con la emoción
apretando por dentro”. Desapariciones, Rubén Blades
Muchas gracias por leer éstas
líneas y con ello hacer que esto valga la pena. Comentarios, sugerencias,
invitaciones, mentadas y hasta felicitaciones por favor en adosdetres@hotmail.com En Twitter nos
seguimos en @MarisaPineda. Y como decía el inolvidable amigo Feroz “Yo sólo
quiero que los plebes lean, que se animen a leer”. Que tenga una semana para
dar gracias a la vida.