A dos de tres
Marisa Pineda
Hoy A dos de tres se pone ruda. Suena el campanazo y sin más ni más le pregunta: ¿sabe qué hacer si le toca estar en medio de una balacera?
“Grupo armado ataca domicilio y siembra pánico entre los vecinos” “Persiguen y asesinan de carro a carro a dos en céntrico crucero. Caos en automovilistas” “Balacera cerca de escuelas provoca pánico en alumnos y padres de familia” “Frente a los comensales acribillan a cuatro en un concurrido restaurante” “Ante decenas de personas balacean a dos en el estacionamiento de un antro”: son encabezados de noticias cada vez más frecuentes.
En Sinaloa, la Procuraduría General de Justicia del Estado reportaba 413 homicidios dolosos ocurridos del primero de enero al 21 de marzo de 2011. De ellos, 375 -el 91 por ciento- eran crímenes cometidos por el crimen organizado. Los criterios que la Procuraduría tomó en cuenta para el análisis que dio esa relación son: que las víctimas fueron privadas de su libertad o perseguidas antes de su muerte, que en su muerte se emplearon armas de fuego, que algunos de los asesinados fueron desmembrados y/o les colocaron mensajes póstumos relacionados con las causas de su muerte.
En A dos de tres no queremos olvidarnos que detrás de cada uno de esos números hay historias. Historias de madres, de hijos, de viudas, de hermanos, de amigos. Aquí no vamos a satanizar o a canonizar a éstos o a aquellos, sobra quien lo haga. Nosotros vamos a referirnos a los otros, a los que no aparecen en las estadísticas oficiales, a los que ni la deben ni la temen, a los que iban pasando. Los que estaban en el lugar equivocado, en el momento equivocado, junto a la persona equivocada y viven para contarla. Los que tienen que lidiar con el estrés postraumático de haber estado ahí, sin que nadie les hubiera dicho qué hacer si algo así les ocurría.
Dicen los del Departamento de Investigaciones de A dos de tres que la Dirección de Protección Civil de Monterrey y la Secretaría de Seguridad Pública y Protección Civil de Guerrero han emitido guías sobre qué hacer en una balacera. A su vez la Secretaría de Educación Pública y la Secretaría de Seguridad Pública y Protección Civil publicaron el “Manual y Protocolo de Seguridad Escolar” que se distribuye de manera gratuita, como libro de texto, en las escuelas del norte del país. Además, han empezado a hacer simulacros para verificar tal enseñanza.
Como sabe, la premisa de A dos de tres es “el saber no ocupa lugar” y aquí va lo que los del Departamento de Investigaciones sacaron de esos documentos:
Si le toca balacera cuando está en su casa: Lo primero es tirarse al suelo, pecho a tierra. Aléjese de las ventanas que dan a la calle y de las puertas (el mitote debe esperar). Resguárdese en un lugar seguro como el closet, el baño o cualquier habitación sin ventanas o con ventanas chicas. Si hay niños con usted es importante asegurarlos primero, los plebes desconocen la magnitud de un enfrentamiento y hay que llevarlos por delante a los lugares más seguros en la vivienda. Los adultos deberán esperar a que se tranquilice la situación para salir (si va a rezar hágalo lo más tranquilo que pueda. Evite las groserías a gritos. No asuste más a los niños). Cuando lleguen las autoridades para verificar que el peligro terminó siga las indicaciones de los oficiales de policía (por favor haga caso, no se ponga al tú por tú con que “no hacen nada”, “ya no puede estar uno ni en su casa”. No es momento, primero esta su seguridad y ya luego, cuando todo haya pasado, entonces sí despotrique todo lo que quiera).
Si le toca balacera en la calle o en un sitio público: Tírese al suelo. Busque refugio en una pared o un vehículo y colóquese de forma horizontal. Si está en una banqueta la misma posición con los brazos cubriendo la cabeza. Si va manejando, detenga el auto y ponga su pecho al piso del automóvil. Si está con niños protéjalos primero, tírelos al suelo y si le es posible cúbralos con su cuerpo mientras busca un lugar seguro, arrastrándose o caminando en cuclillas ya que las balas por lo general aciertan en un cuerpo de la cintura para arriba.
En caso de estar cerca del lugar del tiroteo, retírese con precaución a pie o en vehículo según sea el caso (de nuevo, deje el chisme para después. Nada de agarrar el celular y meterse al Feisbuc o a Tuiter para poner “oooey, estoy en medio de una balacera OMG”. No arriesgue su vida por frivolidades). Dependiendo de la proximidad del lugar de los balazos, trate de apartarse del auto ya que se corre el riesgo de ser confundido tanto por los delincuentes como por los policías, dependiendo del modelo que conduce (cuántas veces hemos escuchado “es que lo confundieron”).
Atienda las instrucciones de las autoridades. Al momento de que se le ordene huir del lugar para ponerse a salvo, no se detenga por los objetos de valor o personales. Nada vale más que su vida y la de sus seres queridos (carro, bolsa, el oso de peluche y la flor ya seca que le regaló el pretendiente ahí luego, cuando pase todo, podrá volver por ellos).
En caso de que la balacera ocurra cerca del domicilio de algún familiar o amigo lo mejor es no acercarse al lugar para evitar aglomeraciones y riesgos innecesarios (no vaya de metiche). Mejor trate de hablar por teléfono a casa o al celular a las personas que estén en riesgo de pasar por ahí para alertarlas.
Si la balacera es en una escuela: Lo primero es tirarse al suelo y a rastras buscar un lugar seguro. Permanezca lejos de las ventanas que dan a la calle (por una vez en su vida háganle caso al profe. Si les dice que se echen al suelo y no se asomen háganle caso. De nuevo, no agarren el celular para hablarle a sus cuates “oooey, hay balacera en la escuela oey, bien fregón”) Los profesores deben dar el ejemplo a los niños y verificar que todos estén pecho tierra (no pegue carrera dejando al plebero a la buena de Dios). Debe esperar a que se tranquilice la situación y a que lleguen las autoridades para verificar que el peligro terminó. Sólo entonces y hasta entonces podrán salir.
¿Sabe qué hacer en caso de una balacera? si de algo le sirve, puede recortar este A dos de tres y pegarlo en algún sitio donde pueda tenerlo presente. El saber no ocupa lugar y no vaya siendo que en una de esas le toque estar en el lugar equivocado, en el momento equivocado, junto a la persona equivocada.
Muchas gracias por leer éstas líneas y hacer que esto valga la pena. Ya sabe, comentarios, sugerencias, invitaciones, mentadas y hasta felicitaciones por favor en adosdetres@hotmail.com
Que tenga una semana libre de rudezas innecesarias.
Marisa Pineda es del mero Sinaloa. Fanática de la lucha libre. Adicta a los chocolates. Le gusta el café, la comida chatarra (y la no chatarra también), las flores, el vino blanco, leer, la música y los viernes. Cree en la reencarnación y en el poder de la fe. Es totalmente neurótica y peligrosamente despistada.
lunes, 28 de marzo de 2011
martes, 22 de marzo de 2011
A dos de tres
Marisa Pineda
Suena el teléfono celular, más bien de él sale la voz de Jenny Rivera, la “Diva de la banda”, cantando “que yo te quiero a ti, culpable o inocente. A pesar de tod…” y cuando la dueña del teléfono esta por contestar la de la letra queda boquiabierta. ¡Sus uñas tienen lucecitas que se encienden cuando suena el teléfono!.
A lo largo de los últimos, ¿que serán? ¿Cinco? ¿Seis años? El decorado de las uñas ha alcanzado en Culiacán dimensiones artísticas. De los dibujos geométricos, abstractos, de flores y reproducciones varias (alguna vez me tocó ver una reproducción de “El grito” en una uña) se pasó a pegarles cristales Swarovski, luego a incrustarles los cristales y ahora a hacer que enciendan con un chip.
Por allá cuando esta su amiga era plebe se usaron calcomanías que se pegaba uno en las uñas. Eran dibujos de tréboles, flores y catarinas, o bien alguna imagen “psicodélica” como se le decía a lo que no se le encontraba forma definida. Compraba uno la plantilla, despegaba la calca de la tira de papel, la adhería a la uña y la fijaba con agua. Su duración era efímera y, por tal de prolongar el decorado, uno urdía cómo lavarse las manos sin tocar la uña. El proceso era tardado, pero permitía ampliar la permanencia del adorno.
La moda aquella desapareció y durante muchos años lo “in” fue pintarse las uñas de un sólo color. Brillante o discreto pero todas las uñas de un color. Así hasta que llegaron los horribles 80’s con su tendencia neón. Colores neón en todo: ropa, calzado, accesorios y uñas.
En los 80’s, durante la etapa neón, las uñas iban en colores fosforescentes: naranja chillón, amarillo bilis, verde, azul, lila o rosa fosforiloco solos o combinados, uña una de un color otra de otro.
Después de la explosión que fueron los 80´s para los 90´s la tendencia fue lo natural. Se popularizaron las manicuras con esmaltes prácticamente incoloros, así como el llamado “manicure francés” consistente en pintar el crecimiento de la uña en
blanco y el resto con brillo transparente.
Pero el nuevo milenio trajo a Culiacán una nueva generación en el decorado de las uñas, y si su organismo no produce la suficiente queratina como para que sus uñas crezcan firmes y sin resquebrajamientos, no importa, para eso están las uñas postizas. Y nada de postizos hechos a base de popotes de plástico, como antaño. No, ahora las uñas de acrílico, de gel, de seda y de una serie de mezclas harán que se vean naturales, en tanto la forma y descomunal tamaño no delaten su origen.
Sí, porque ahora el decorado no se restringe a reproducir dibujos en esos pequeños lienzos en que algunas manicuristas (verdaderas artistas del pincel) convierten las uñas, el decorado abarca la forma. Hay uñas del tamaño y la forma de un totopo, otras sumamente picudas como palas de jardinería. También las hay como rectángulos larguísimos y curvos como personaje de historieta de terror.
En cuanto a los adornos parece que la imaginación del cliente y la capacidad de la manicurista son el límite. Están los decorados acorde a la época del año: flores en primavera; arañitas con todo y telaraña, calaveras y esqueletos en Halloween; Santa Claus, esferas y pinos en Navidad. La fe también se lleva en las uñas e igual hay reproducciones de San Judas Tadeo, el Sagrado Corazón de Jesús, San Charbel y la Virgen de Guadalupe (todos en versión estampa o caricatura), que imágenes de Jesús Malverde y de la Santa Muerte. La naturaleza también tiene su lugar en las uñas con la reproducción miniatura de las más variadas flores y de la hoja de mariguana, convertida ya en todo un clásico en el decorado.
Pero no todo son dibujos, también están los brillos, y cuando el brillo en el esmalte no es suficiente, el cristal Swarovski es el complemento perfecto. Cristales con un lado plano para adherirlos sin mayor problema y cristales facetados que se incorporan a las uñas en forma de totopos, o a las muy largas, mediante una perforación en la que se coloca un eje y en él se inserta la figura. Al final tiene uñas con un agujero en el cual está un corazón de cristal al cual puede hacer girar, cual músico enjundioso girando el tololoche.
Pese a todos esos esfuerzos el decorado estaba incompleto. No era suficiente pasar horas inhalando el olor del acrílico y los esmaltes. No bastaba que la decoradora terminara con los dedos pegados entre sí por el adhesivo industrial que se emplea para fijar los cristales. No, faltaba incorporar tecnología.
Qué lejos estaba Jack Kilby de imaginar que el cuadrito electrónico de seis milímetros que probó exitosamente en 1958 iba a llegar hasta las uñas. Estoy segura que ni siquiera cuando el llamado “Padre del microchip y de la electrónica moderna” recibió el Premio Nobel de Física, en el año 2000, cruzó por su mente que aquel circuito integrado que revolucionó la tecnología revolucionaría también el mundo de la estética y el cuidado personal.
Ahora, la última generación de uñas postizas lleva chip para que se enciendan cuando suena el teléfono celular.
Apenas alcancé a preguntarle a la muchacha aquella si le habían hecho las uñas aquí, en Culiacán, y quién. “Sí. Una amiga” fue todo lo que me dijo, así de escueto.
Ella siguió su camino y yo me quedé con muchas preguntas. ¿Funciona con todos los tonos del teléfono? ¿Y si se descompone el celular? ¿O te lo roban? (Aunque dudo mucho que se atrevan a robárselo) ¿De qué colores se iluminan tus uñas? ¿Se pueden apagar? ¿Cuánto duran? ¿Puedes agarrar bien los objetos pequeños? Son muchas las preguntas que se agolparon y mínimo el tiempo. Se las pusieron en Culiacán, una amiga. Fue todo lo que me dijo. Agarró su bolsa de firma y entró a una tienda de ropa, también de firma. ¿Cuánto le costarían? Me pregunté e inmediatamente me respondí: ¡Nah! Están muy largas, no se pueden agarrar las moneditas para el camión con ellas.
Muchas gracias por leer éstas líneas y con ello hacer que esto valga la pena. Ya sabe, comentarios, sugerencias, invitaciones, mentadas y hasta felicitaciones por favor en adosdetres@hotmail.com
Que tenga una semana con hermosos decorados.
Marisa Pineda
Suena el teléfono celular, más bien de él sale la voz de Jenny Rivera, la “Diva de la banda”, cantando “que yo te quiero a ti, culpable o inocente. A pesar de tod…” y cuando la dueña del teléfono esta por contestar la de la letra queda boquiabierta. ¡Sus uñas tienen lucecitas que se encienden cuando suena el teléfono!.
A lo largo de los últimos, ¿que serán? ¿Cinco? ¿Seis años? El decorado de las uñas ha alcanzado en Culiacán dimensiones artísticas. De los dibujos geométricos, abstractos, de flores y reproducciones varias (alguna vez me tocó ver una reproducción de “El grito” en una uña) se pasó a pegarles cristales Swarovski, luego a incrustarles los cristales y ahora a hacer que enciendan con un chip.
Por allá cuando esta su amiga era plebe se usaron calcomanías que se pegaba uno en las uñas. Eran dibujos de tréboles, flores y catarinas, o bien alguna imagen “psicodélica” como se le decía a lo que no se le encontraba forma definida. Compraba uno la plantilla, despegaba la calca de la tira de papel, la adhería a la uña y la fijaba con agua. Su duración era efímera y, por tal de prolongar el decorado, uno urdía cómo lavarse las manos sin tocar la uña. El proceso era tardado, pero permitía ampliar la permanencia del adorno.
La moda aquella desapareció y durante muchos años lo “in” fue pintarse las uñas de un sólo color. Brillante o discreto pero todas las uñas de un color. Así hasta que llegaron los horribles 80’s con su tendencia neón. Colores neón en todo: ropa, calzado, accesorios y uñas.
En los 80’s, durante la etapa neón, las uñas iban en colores fosforescentes: naranja chillón, amarillo bilis, verde, azul, lila o rosa fosforiloco solos o combinados, uña una de un color otra de otro.
Después de la explosión que fueron los 80´s para los 90´s la tendencia fue lo natural. Se popularizaron las manicuras con esmaltes prácticamente incoloros, así como el llamado “manicure francés” consistente en pintar el crecimiento de la uña en
blanco y el resto con brillo transparente.
Pero el nuevo milenio trajo a Culiacán una nueva generación en el decorado de las uñas, y si su organismo no produce la suficiente queratina como para que sus uñas crezcan firmes y sin resquebrajamientos, no importa, para eso están las uñas postizas. Y nada de postizos hechos a base de popotes de plástico, como antaño. No, ahora las uñas de acrílico, de gel, de seda y de una serie de mezclas harán que se vean naturales, en tanto la forma y descomunal tamaño no delaten su origen.
Sí, porque ahora el decorado no se restringe a reproducir dibujos en esos pequeños lienzos en que algunas manicuristas (verdaderas artistas del pincel) convierten las uñas, el decorado abarca la forma. Hay uñas del tamaño y la forma de un totopo, otras sumamente picudas como palas de jardinería. También las hay como rectángulos larguísimos y curvos como personaje de historieta de terror.
En cuanto a los adornos parece que la imaginación del cliente y la capacidad de la manicurista son el límite. Están los decorados acorde a la época del año: flores en primavera; arañitas con todo y telaraña, calaveras y esqueletos en Halloween; Santa Claus, esferas y pinos en Navidad. La fe también se lleva en las uñas e igual hay reproducciones de San Judas Tadeo, el Sagrado Corazón de Jesús, San Charbel y la Virgen de Guadalupe (todos en versión estampa o caricatura), que imágenes de Jesús Malverde y de la Santa Muerte. La naturaleza también tiene su lugar en las uñas con la reproducción miniatura de las más variadas flores y de la hoja de mariguana, convertida ya en todo un clásico en el decorado.
Pero no todo son dibujos, también están los brillos, y cuando el brillo en el esmalte no es suficiente, el cristal Swarovski es el complemento perfecto. Cristales con un lado plano para adherirlos sin mayor problema y cristales facetados que se incorporan a las uñas en forma de totopos, o a las muy largas, mediante una perforación en la que se coloca un eje y en él se inserta la figura. Al final tiene uñas con un agujero en el cual está un corazón de cristal al cual puede hacer girar, cual músico enjundioso girando el tololoche.
Pese a todos esos esfuerzos el decorado estaba incompleto. No era suficiente pasar horas inhalando el olor del acrílico y los esmaltes. No bastaba que la decoradora terminara con los dedos pegados entre sí por el adhesivo industrial que se emplea para fijar los cristales. No, faltaba incorporar tecnología.
Qué lejos estaba Jack Kilby de imaginar que el cuadrito electrónico de seis milímetros que probó exitosamente en 1958 iba a llegar hasta las uñas. Estoy segura que ni siquiera cuando el llamado “Padre del microchip y de la electrónica moderna” recibió el Premio Nobel de Física, en el año 2000, cruzó por su mente que aquel circuito integrado que revolucionó la tecnología revolucionaría también el mundo de la estética y el cuidado personal.
Ahora, la última generación de uñas postizas lleva chip para que se enciendan cuando suena el teléfono celular.
Apenas alcancé a preguntarle a la muchacha aquella si le habían hecho las uñas aquí, en Culiacán, y quién. “Sí. Una amiga” fue todo lo que me dijo, así de escueto.
Ella siguió su camino y yo me quedé con muchas preguntas. ¿Funciona con todos los tonos del teléfono? ¿Y si se descompone el celular? ¿O te lo roban? (Aunque dudo mucho que se atrevan a robárselo) ¿De qué colores se iluminan tus uñas? ¿Se pueden apagar? ¿Cuánto duran? ¿Puedes agarrar bien los objetos pequeños? Son muchas las preguntas que se agolparon y mínimo el tiempo. Se las pusieron en Culiacán, una amiga. Fue todo lo que me dijo. Agarró su bolsa de firma y entró a una tienda de ropa, también de firma. ¿Cuánto le costarían? Me pregunté e inmediatamente me respondí: ¡Nah! Están muy largas, no se pueden agarrar las moneditas para el camión con ellas.
Muchas gracias por leer éstas líneas y con ello hacer que esto valga la pena. Ya sabe, comentarios, sugerencias, invitaciones, mentadas y hasta felicitaciones por favor en adosdetres@hotmail.com
Que tenga una semana con hermosos decorados.
lunes, 14 de marzo de 2011
A dos de tres
Marisa Pineda
Tan bien que íbamos. El canal de noticias de uno de los principales consorcios mexicanos durante todo el viernes informó puntualmente de la situación que dejó el tsunami y el terremoto que afectó a Japón. La cobertura siguió paso a paso tanto lo que ocurría en Japón, como en todos los países donde se emitió alerta de tsunami, comenzando por el nuestro. El equipo de noticias no dejó punto del Pacífico mexicano sin cubrir. Así fue desde las primeras horas del viernes hasta a eso de las 20 horas, tiempo del centro de México, en que la Secretaría de Gobernación levantó la alerta. Y mientras se levantaba la alerta en México otro canal del mismo consorcio, en chiste cruel transmitía: Godzila 2000.
Es verdad que cada país, cada estado, cada municipio y así hasta llegar a cada casa, tiene sus propios problemas, alegrías y tragedias. Sin embargo, cuando la naturaleza se hace presente de la forma en que lo hizo en Japón nos recuerda la fragilidad del ser humano y de sus obras. Nos hace pensar qué hubiéramos hecho si tal catástrofe nos hubiera ocurrido a nosotros y tan sólo de imaginarlo llega la solidaridad, por lo menos en sentimiento. Pero ese sentimiento no siempre logramos expresarlo de la mejor manera y queriendo decir una cosa, sale otra.
Y cuando el desliz ocurre ahí están los medios de comunicación y las redes sociales para dar cuenta de ello. Ejemplos contundentes son: Vicente Fox, en cuyo sexenio se popularizó la frase “lo que el presidente quiso decir”, a la cual tenía que recurrir continuamente su vocero para enmendarle la plana; y Ninel Conde, actriz y cantante quien hace cuatro años, cuando ocurrió el tsunami en Indonesia expresó ante las cámaras “que feo lo del surimi”.
Pues al “Bombón asesino” como le apodan a Ninel Conde (en alusión al título de su único “éxito” musical, con el cual logra dar conciertos completos) se suma ahora la también actriz, cantante y compositora Dulce María, quien al enterarse de la catástrofe ocurrida en Japón abrió su cuenta de “tuiter” y desde lo más profundo de su corazón escribió muy inspirada: “como un tsumani (sic) en Japón, puede hacer que tus olas me revuelquen el maldito corazón”.
Como onda expansiva, en menos de una hora lo dicho por la juvenil estrella mexicana se convirtió en uno de los temas más buscados en la internet, y generó en dicha red social una competencia de sarcasmos que no dejaron hecho noticioso nacional o internacional sin que fuera tema de escarnio. De lo más sano que se escribió fue “tu amor me deja sin palabras, como Anthony Hopkins cuando le preguntan Juai da rito”.
Aquella especie de concurso del más ácido humor cruel provocó que para la noche del mismo viernes, la artista (que en su cuenta registra 814 mil seguidores, frente a 501 mil 725 de Felipe Calderón, por poner una referencia) expresara una disculpa y aclarara que su intención jamás fue mala, que quería poner algo romántico, pero todo salió mal. Y sí. Es el riesgo que se corre cuando uno abusa del romanticismo prefabricado que sacrifica la coherencia en aras de la rima y, no conforme con ello, también quiere hacerse pasar por intelectual (intelecual, dijera un amigo).
Mientras eso ocurría en la red social, en la pantalla chica el consorcio televisivo de San Angel, al cual pertenece la rutilante estrella de corazón revolcado por las olas (tso!, ella dijo) no se quedaba atrás. La noche del viernes en su canal de noticias daba a conocer que Gobernación recién había levantado la alerta por tsunami en las costas nacionales; que brigadistas mexicanos partieron rumbo a Japón para apoyar en las labores de rescate y que la nueva emergencia de Japón era la alerta en dos de sus plantas nucleares ubicadas en Fukushima.
Eso, en el canal de noticias, pero en otra de sus señales abiertas el gigante de la comunicación en México proyectaba el clásico del cine catástrofe Godzilla. En un canal estaba el conductor de noticias expresando su solidaridad ante la tragedia y en el otro el legendario dinosaurio mutante de origen radioactivo destruía Japón en Godzilla 2000.
Cierto es que la película de marras ya estaba anunciada, pero ¿a poco no podían haberla cambiado por Mi pobre angelito o alguna de las tantas de Harry Potter que pasan por lo menos una vez cada mes? En A dos de tres para pronto le aclararon a la de la letra: ni te esponjes, ya estaba programada. Y la de la letra insistió: pero en toda programación hay plan de contingencia, y también en la televisión hay criterio. Pero casi enseguida la de la letra reflexionó en la televisión abierta, en nuestro país ¿lo hay?
Muchas gracias por leer éstas líneas y con ello hacer que esto valga la pena. Por favor, comentarios, invitaciones, sugerencias, mentadas y hasta felicitaciones en adosdetres@hotmail.com
Que tenga una semana libre de monstruos.
Marisa Pineda
Tan bien que íbamos. El canal de noticias de uno de los principales consorcios mexicanos durante todo el viernes informó puntualmente de la situación que dejó el tsunami y el terremoto que afectó a Japón. La cobertura siguió paso a paso tanto lo que ocurría en Japón, como en todos los países donde se emitió alerta de tsunami, comenzando por el nuestro. El equipo de noticias no dejó punto del Pacífico mexicano sin cubrir. Así fue desde las primeras horas del viernes hasta a eso de las 20 horas, tiempo del centro de México, en que la Secretaría de Gobernación levantó la alerta. Y mientras se levantaba la alerta en México otro canal del mismo consorcio, en chiste cruel transmitía: Godzila 2000.
Es verdad que cada país, cada estado, cada municipio y así hasta llegar a cada casa, tiene sus propios problemas, alegrías y tragedias. Sin embargo, cuando la naturaleza se hace presente de la forma en que lo hizo en Japón nos recuerda la fragilidad del ser humano y de sus obras. Nos hace pensar qué hubiéramos hecho si tal catástrofe nos hubiera ocurrido a nosotros y tan sólo de imaginarlo llega la solidaridad, por lo menos en sentimiento. Pero ese sentimiento no siempre logramos expresarlo de la mejor manera y queriendo decir una cosa, sale otra.
Y cuando el desliz ocurre ahí están los medios de comunicación y las redes sociales para dar cuenta de ello. Ejemplos contundentes son: Vicente Fox, en cuyo sexenio se popularizó la frase “lo que el presidente quiso decir”, a la cual tenía que recurrir continuamente su vocero para enmendarle la plana; y Ninel Conde, actriz y cantante quien hace cuatro años, cuando ocurrió el tsunami en Indonesia expresó ante las cámaras “que feo lo del surimi”.
Pues al “Bombón asesino” como le apodan a Ninel Conde (en alusión al título de su único “éxito” musical, con el cual logra dar conciertos completos) se suma ahora la también actriz, cantante y compositora Dulce María, quien al enterarse de la catástrofe ocurrida en Japón abrió su cuenta de “tuiter” y desde lo más profundo de su corazón escribió muy inspirada: “como un tsumani (sic) en Japón, puede hacer que tus olas me revuelquen el maldito corazón”.
Como onda expansiva, en menos de una hora lo dicho por la juvenil estrella mexicana se convirtió en uno de los temas más buscados en la internet, y generó en dicha red social una competencia de sarcasmos que no dejaron hecho noticioso nacional o internacional sin que fuera tema de escarnio. De lo más sano que se escribió fue “tu amor me deja sin palabras, como Anthony Hopkins cuando le preguntan Juai da rito”.
Aquella especie de concurso del más ácido humor cruel provocó que para la noche del mismo viernes, la artista (que en su cuenta registra 814 mil seguidores, frente a 501 mil 725 de Felipe Calderón, por poner una referencia) expresara una disculpa y aclarara que su intención jamás fue mala, que quería poner algo romántico, pero todo salió mal. Y sí. Es el riesgo que se corre cuando uno abusa del romanticismo prefabricado que sacrifica la coherencia en aras de la rima y, no conforme con ello, también quiere hacerse pasar por intelectual (intelecual, dijera un amigo).
Mientras eso ocurría en la red social, en la pantalla chica el consorcio televisivo de San Angel, al cual pertenece la rutilante estrella de corazón revolcado por las olas (tso!, ella dijo) no se quedaba atrás. La noche del viernes en su canal de noticias daba a conocer que Gobernación recién había levantado la alerta por tsunami en las costas nacionales; que brigadistas mexicanos partieron rumbo a Japón para apoyar en las labores de rescate y que la nueva emergencia de Japón era la alerta en dos de sus plantas nucleares ubicadas en Fukushima.
Eso, en el canal de noticias, pero en otra de sus señales abiertas el gigante de la comunicación en México proyectaba el clásico del cine catástrofe Godzilla. En un canal estaba el conductor de noticias expresando su solidaridad ante la tragedia y en el otro el legendario dinosaurio mutante de origen radioactivo destruía Japón en Godzilla 2000.
Cierto es que la película de marras ya estaba anunciada, pero ¿a poco no podían haberla cambiado por Mi pobre angelito o alguna de las tantas de Harry Potter que pasan por lo menos una vez cada mes? En A dos de tres para pronto le aclararon a la de la letra: ni te esponjes, ya estaba programada. Y la de la letra insistió: pero en toda programación hay plan de contingencia, y también en la televisión hay criterio. Pero casi enseguida la de la letra reflexionó en la televisión abierta, en nuestro país ¿lo hay?
Muchas gracias por leer éstas líneas y con ello hacer que esto valga la pena. Por favor, comentarios, invitaciones, sugerencias, mentadas y hasta felicitaciones en adosdetres@hotmail.com
Que tenga una semana libre de monstruos.
lunes, 7 de marzo de 2011
A dos de tres
Marisa Pineda
Alguien sabe qué pasó con las “malas palabras”, en qué momento fueron desplazadas por lo que el diccionario define como “miembro genital de los mamíferos”. A partir de qué día el “vete mucho a la ..ngada” pasó del rojo subido al rosa pastel ante el “vete mucho a la …rga”, palabra por demás multifuncional que además de referir a salva sea la parte, hace igualmente las veces de sustantivo, adverbio de tiempo, de lugar y una larga lista de etcétera.
Ahí tiene a la de la letra entrando al supermercado, mal había enfilado por el pasillo de los cereales cuando los ojos se me abrieron como caricatura japonesa al escuchar a un plebe pidiéndole a su señora madre que echara al carrito “una de esas ..rgas que están bien buenas”. No sé que me pasmó más, si ver que el niño no rebasada los ocho años o que la abnegada madre ni se inmutó por el vocabulario de su tierno angelito y echó al carrito el dulce al cual se refería su vástago.
Antes de ese episodio, por rumbos de atrás de catedral, me tocó ser rebasada en la banqueta por un grupo de preparatorianas, una de ellas con singular desparpajo le espetó a otra “vete a la ..rga”. La ausencia de sonrojo hacía pensar que la expresión era por demás de uso común entre ellas, quienes al escuchar las recriminaciones de los boleros que ahí trabajan los mandaron también a… allá, por ser unos “…nches viejos metiches”.
Esta su amiga está lejos de ser un ejemplo de urbanidad y buenas costumbres, pero cuando era niña decir “baboso” era una palabrota por la cual se podía llevar tremenda regañada, un pellizco y la advertencia “si te vuelvo a escuchar diciendo malas palabras te castigo”. Si Matriarca hubiera escuchado al niño del supermercado mal termina el chamaco de decir “ga” cuando le hubiera puesto una tunda para hacer historia y le habría implantado un castigo que todavía estaría vigente.
Ya en el transcurso de la segunda década de vida, uno iba sumando al léxico palabras altisonantes que los varones usaban en sus borracheras y las mujeres en las reuniones de amigas muy amigas. Sin embargo, aquel que en un alarde de malentendida hombría soltaba la palabra de marras inmediatamente era considerado como un borracho pesado, a quien difícilmente se volvería a invitar a las fiestas por mala copa. En el caso de las mujeres, esa palabra era permitida sólo para contar un chiste “colorado”, si alguna la sacaba de ese contexto más de una ceja se alzaba en señal de que se había pisado la línea que separa la audacia del mal gusto.
Cuando en los años 80’s el grupo español Los Farm López puso en las listas de popularidad La cabra, la rola se volvió imprescindible en todas las fiestas, tanto porque era la canción de moda como porque al amparo del anonimato que daba el bolón ahí nos tenía a todos, bien intrépidos, cantando “la cabra, la cabra, la ..uta de la cabra, la madre que la parió…” en lo brincábamos abrazados en círculo. La cabra más que invitar a bailar era el salvoconducto para decir “..uta” sin ofender a nadie.
Aún con esa licencia que daba la música, “..rga” seguía siendo una palabra de uso reservado y confidencial.
Una década después las nuevas juventudes encontraron en el grupo Molotov la estafeta para poder pronunciar “malas palabras” al amparo de una canción. En el habla del día a día el vete a la ..ingada seguía reinando y referirse a cualquier objeto o cosa como “esa madre” imperaba.
Así fue hasta que un día en el habla común decir “esa madre” o “esa ..ingadera” fue reemplazada por “esa ..rga”
Los del Departamento de Investigaciones de A dos de tres dicen que el Departamento de Letras de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México realizó un estudio cuyos resultados indican que “el lenguaje de los universitarios puede limitarse a 200 palabras”. Los principales factores que originan esa tacañería son la falta de lectura (por más que nutra el morbo TV Chismes está lejos de ser literatura) y la influencia de los medios de comunicación.
Sobre eso último el estudio explica que tal influencia radica en que “hay limitaciones lingüísticas deliberadas, al concretarse a ‘una moda’ para hablar de manera muy restringida, sobre todo en los principales programas de televisión, los que más influyen en los jóvenes y generan esta pobreza” El artículo añade que “con unas cuantas palabras los jóvenes designan todo, una misma palabra la emplean de diversas maneras” cambiando el tono y sentido apenas lo suficiente para comunicarse.
Hoy, en Culiacán, las generaciones de jóvenes (y hasta niños) designan todo con la misma palabra que el diccionario define como “miembro genital de los mamíferos”. En A dos de tres el empleo indiscriminado de tal palabra se nos hace rudeza innecesaria y hace preguntarnos ¿Y de aquí qué sigue? ¿Cuál será la siguiente palabra que contribuirá a que el vocabulario de los jóvenes universitarios sea de 200 palabras en promedio? ¿Cuál será la nueva moda en el hablar?
Muchas gracias por leer éstas líneas y con ello hacer que esto valga la pena. Ya sabe, comentarios, sugerencias, invitaciones, mentadas y hasta felicitaciones por favor en adosdetres@hotmail.com
Que tenga una semana de sabias palabras.
Marisa Pineda
Alguien sabe qué pasó con las “malas palabras”, en qué momento fueron desplazadas por lo que el diccionario define como “miembro genital de los mamíferos”. A partir de qué día el “vete mucho a la ..ngada” pasó del rojo subido al rosa pastel ante el “vete mucho a la …rga”, palabra por demás multifuncional que además de referir a salva sea la parte, hace igualmente las veces de sustantivo, adverbio de tiempo, de lugar y una larga lista de etcétera.
Ahí tiene a la de la letra entrando al supermercado, mal había enfilado por el pasillo de los cereales cuando los ojos se me abrieron como caricatura japonesa al escuchar a un plebe pidiéndole a su señora madre que echara al carrito “una de esas ..rgas que están bien buenas”. No sé que me pasmó más, si ver que el niño no rebasada los ocho años o que la abnegada madre ni se inmutó por el vocabulario de su tierno angelito y echó al carrito el dulce al cual se refería su vástago.
Antes de ese episodio, por rumbos de atrás de catedral, me tocó ser rebasada en la banqueta por un grupo de preparatorianas, una de ellas con singular desparpajo le espetó a otra “vete a la ..rga”. La ausencia de sonrojo hacía pensar que la expresión era por demás de uso común entre ellas, quienes al escuchar las recriminaciones de los boleros que ahí trabajan los mandaron también a… allá, por ser unos “…nches viejos metiches”.
Esta su amiga está lejos de ser un ejemplo de urbanidad y buenas costumbres, pero cuando era niña decir “baboso” era una palabrota por la cual se podía llevar tremenda regañada, un pellizco y la advertencia “si te vuelvo a escuchar diciendo malas palabras te castigo”. Si Matriarca hubiera escuchado al niño del supermercado mal termina el chamaco de decir “ga” cuando le hubiera puesto una tunda para hacer historia y le habría implantado un castigo que todavía estaría vigente.
Ya en el transcurso de la segunda década de vida, uno iba sumando al léxico palabras altisonantes que los varones usaban en sus borracheras y las mujeres en las reuniones de amigas muy amigas. Sin embargo, aquel que en un alarde de malentendida hombría soltaba la palabra de marras inmediatamente era considerado como un borracho pesado, a quien difícilmente se volvería a invitar a las fiestas por mala copa. En el caso de las mujeres, esa palabra era permitida sólo para contar un chiste “colorado”, si alguna la sacaba de ese contexto más de una ceja se alzaba en señal de que se había pisado la línea que separa la audacia del mal gusto.
Cuando en los años 80’s el grupo español Los Farm López puso en las listas de popularidad La cabra, la rola se volvió imprescindible en todas las fiestas, tanto porque era la canción de moda como porque al amparo del anonimato que daba el bolón ahí nos tenía a todos, bien intrépidos, cantando “la cabra, la cabra, la ..uta de la cabra, la madre que la parió…” en lo brincábamos abrazados en círculo. La cabra más que invitar a bailar era el salvoconducto para decir “..uta” sin ofender a nadie.
Aún con esa licencia que daba la música, “..rga” seguía siendo una palabra de uso reservado y confidencial.
Una década después las nuevas juventudes encontraron en el grupo Molotov la estafeta para poder pronunciar “malas palabras” al amparo de una canción. En el habla del día a día el vete a la ..ingada seguía reinando y referirse a cualquier objeto o cosa como “esa madre” imperaba.
Así fue hasta que un día en el habla común decir “esa madre” o “esa ..ingadera” fue reemplazada por “esa ..rga”
Los del Departamento de Investigaciones de A dos de tres dicen que el Departamento de Letras de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México realizó un estudio cuyos resultados indican que “el lenguaje de los universitarios puede limitarse a 200 palabras”. Los principales factores que originan esa tacañería son la falta de lectura (por más que nutra el morbo TV Chismes está lejos de ser literatura) y la influencia de los medios de comunicación.
Sobre eso último el estudio explica que tal influencia radica en que “hay limitaciones lingüísticas deliberadas, al concretarse a ‘una moda’ para hablar de manera muy restringida, sobre todo en los principales programas de televisión, los que más influyen en los jóvenes y generan esta pobreza” El artículo añade que “con unas cuantas palabras los jóvenes designan todo, una misma palabra la emplean de diversas maneras” cambiando el tono y sentido apenas lo suficiente para comunicarse.
Hoy, en Culiacán, las generaciones de jóvenes (y hasta niños) designan todo con la misma palabra que el diccionario define como “miembro genital de los mamíferos”. En A dos de tres el empleo indiscriminado de tal palabra se nos hace rudeza innecesaria y hace preguntarnos ¿Y de aquí qué sigue? ¿Cuál será la siguiente palabra que contribuirá a que el vocabulario de los jóvenes universitarios sea de 200 palabras en promedio? ¿Cuál será la nueva moda en el hablar?
Muchas gracias por leer éstas líneas y con ello hacer que esto valga la pena. Ya sabe, comentarios, sugerencias, invitaciones, mentadas y hasta felicitaciones por favor en adosdetres@hotmail.com
Que tenga una semana de sabias palabras.
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