A dos de tres
Marisa Pineda
Desde hace 26 años, el 5 de febrero es fecha importante para quienes gustan de la lucha libre. Un 5 de febrero, al terminar su acto de escapismo en el Teatro Blanquita, el Santo se retiró a su camerino sintiéndose mal. Buscaba reponerse pues le faltaba una segunda función. No mejoró y una ambulancia lo trasladó al hospital en donde un infarto lo venció en la tercera caída. Con la muerte de Rodolfo Guzmán Huerta nació la mitología del más grande héroe popular que ha dado México: Santo, el enmascarado de plata.
A dos de tres es un espacio especializado en ociología y asuntos que a nadie le importan, pero que, en algún momento, pueden resultar de ayuda como tema de conversación en las reuniones. A dos de tres es también el espacio donde la de la letra (o sea yo) da rienda suelta a una de sus grandes pasiones: la lucha libre. Los del Departamento de Suscripciones de A dos de tres están preocupados, saben que volveremos a hablar de lucha libre, “el rating se tambalea” insisten con desespero.
Para tranquilizarlos les recordamos que la lucha libre vive hoy en día uno de sus ciclos dorados, que ir a una función de lucha ya no es de “gente arrabalera” sino que da caché, que hablar de lucha libre es ahora de intelectuales. Les referimos como en las reuniones, siempre que alguien menciona la palabra lucha, salen los aficionados de closet y el Santo se vuelve tema de improvisados ensayos.
Desde que El Hijo del Santo convirtió el nombre del Santo en marca registrada, cada aniversario luctuoso es marco para el anuncio de algún producto y/o tributo sobre el ídolo.
Esta vez se presentó el libro “Santo, el enmascarado de plata. Imágenes”, editado por el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), a través de su Dirección de Publicaciones. Se trata de una colección de fotografías inéditas, dentro y fuera del ring, recopiladas y catalogadas por Lydia Gabriela Olivares Celis. El libro “es una obra editorial de gran formato (pasta dura y rústica), que incluye fotografías de la realidad del deportista, su agitada vida social y su paso por los sets cinematográficos”, asienta el comunicado número 169, emitido por el Conaculta y catalogado en los rubros Literatura y Artes Plásticas. Le digo, la lucha nos hará cultos.
El prólogo de “Santo, el enmascarado de plata. Imágenes” es del historiador Enrique Krauze, quien escribió: “el famoso luchador, que por décadas electrizó a sus seguidores en la Arena Coliseo, pasó de manera natural a otros escenarios de la cultura popular: fue actor de varias películas, héroe de historietas, protagonista en la televisión y hasta un ocasional torero. Le gustaba el béisbol, amó a su mujer y adoró a sus hijos, fue devoto de la Virgen. En un curiosísimo reportaje que el lector encontrará en estas páginas”.
Al final de la presentación del libro, en el Museo Nacional de Arte (¡Alla bonchi!), El Hijo del Santo reveló en entrevista que el laureado escritor y guionista Guillermo Arriaga (Amores Perros, 21 Gramos, Babel, Los tres entierros de Melquiades Estrada) en conjunto con él y con productores norteamericanos podrían llevar al cine la historia de Santo, el enmascarado de plata.
No se trataría de películas como las que protagonizó el Santo sino de una producción por todo lo alto, que pondría al icono popular mexicano codo con codo con superhéroes como Batman o Superman. Si bien éstos últimos le aventajan en años y popularidad, la leyenda plateada los supera al ser “el único súper héroe del que ha corrido sangre por sus venas”, como comentó el escritor Álvaro Enrigue en la presentación de “Santo, el enmascarado de plata. Imágenes”.
La idea de llevar al Santo a las producciones de Hollywood no es nueva, hará unos tres años que la propuesta cobró fuerza pero, hasta donde trascendió, no prosperó porque los productores no querían a El Hijo del Santo en el protagónico, sino al taquillero Bruce Willis.
Esta vez, el propio Hijo del Santo comentó que le solicitó a Guillermo Arriaga escribiera una trilogía, como suele hacer (Amores Perros, 21 Gramos, Babel), para tres personajes: El Santo, el Hijo del Santo y el nuevo Santo, “que sería mi hijo o el nieto del Santo”, declaró.
A 26 años de su muerte, el enmascarado de plata sigue recibiendo el tributo más popular y sincero que se conoce, el que sale de las entrañas con tal fuerza que se convierte en grito: ¡Santo!, ¡Santo!, ¡Santo!
Muchas gracias por leer éstas líneas y con ello hacer que esto valga la pena. Ya sabe, comentarios, sugerencias, invitaciones, mentadas y hasta felicitaciones por favor en adosdetres@hotmail.com.
Que tenga una semana de tributo a la vida.